NaturalezaGeologíaUn museo natural: los paisajes de Islandia
Coche conduciendo por un paisaje precioso en Islandia
By Alejandro 4 dic 2024 • 10 min read

Un museo natural: los paisajes de Islandia

La naturaleza se presenta de maneras muy diferentes. Los elementos que componen y dan forma a nuestro planeta son diversos, especiales y, en ocasiones, crean formaciones muy singulares. Sin embargo, hay países o regiones que tienen una mayor variedad natural, geológica y geográfica que otros. Y si nos ponemos a mirar la lista de lugares que son únicos o diferentes, uno de ellos es, sin lugar a dudas, Islandia.

Este pequeño país insular, situado en medio del océano Atlántico Norte, tiene unos paisajes que parecen sacados de otro planeta pero que, al mismo tiempo, se sienten de manera muy real. La espectacular geografía de Islandia es el resultado de milenios de erupciones volcánicas, movimiento de glaciares y la interacción constante entre placas tectónicas. Es una tierra en la que los glaciares se abren paso entre roca volcánica, donde las cascadas rugen al caer en profundos cañones y donde la energía geotérmica se presenta de maneras muy diversas.

Algunos de estos elementos son tan raros, tan diferentes, que han servido de inspiración de cientos de historias mitológicas y fantásticas. Hay leyendas sobre troles y elfos en muchos rincones del país, que no hacen sino añadir una capa de magia a este conjunto ya de por sí místico. Para muchos viajeros, Islandia no es solo un sitio que visitar, sino un lugar donde experimentar y conectar con las fuerzas primarias de la Tierra.

En esta guía vamos a hacer un recorrido por los principales tipos de paisaje que te vas a encontrar en tu viaje a Islandia. Pararemos en algunos lugares que son ejemplos perfectos de este amplio abanico de monumentos naturales de los que está compuesto este país.

Información clave

  • La variedad de paisajes que se pueden encontrar en Islandia es sorprendentemente diversa, sobre todo si tenemos en cuenta el relativo pequeño tamaño del país.
  • Aquí hay cascadas, volcanes, glaciares, campos de lava, playas de arena negra y mucho más.
  • Cada región tiene sus rasgos diferentes y merece la pena visitarlas todas.

Rasgos geológicos de Islandia

Desde un punto de vista geológico, Islandia es un paraíso. En primer lugar, está situada sobre la dorsal mesoatlántica, que es la frontera entre las placas tectónicas eurasiática y norteamericana. Eso significa que, técnicamente, Islandia está en dos continentes. Estas placas se están separando a un ritmo de unos dos centímetros al año y este movimiento hace que Islandia sea una tierra dinámica en constante cambio. Sin embargo, este es tan solo uno de los muchos factores por los que Islandia es tan geológicamente diversa.

Hay un lugar donde esta separación se hace evidente como en ningún otro. Se trata del Parque Nacional de Þingvellir, un lugar patrimonio mundial de la UNESCO, donde se pueden contemplar los efectos de la actividad tectónica. Aquí se puede caminar por Almannagjá, un enorme valle creado por la separación de las placas tectónicas. Y también bajo el agua, en la fisura de Silfra, donde se puede nadar tocando ambas placas al mismo tiempo.

Los volcanes también han jugado un papel fundamental. Los orígenes volcánicos del país han hecho que buena parte del terreno esté compuesto de rocas de basalto, campos de lava y lugares termales. Los antiguos ríos de lava se han enfriado, creando formas surrealistas durante el proceso. Lugares como, por ejemplo, Eldhraun, el campo de lava más grande del mundo, formado por la erupción del volcán Laki en 1783. Con el paso de los años, estos campos se han ido cubriendo de una espesa capa de musgo, que se torna de un verde intenso en verano. El contraste entre las rocas volcánicas y el musgo es algo que merece la pena contemplar.

Los glaciares son otro de los elementos clave en la conformación del paisaje islandés. Estas gigantescas lenguas de hielo se mueven despacio, pero sin pausa, esculpiendo valles y cuevas congeladas.

Volcanes y paisajes volcánicos

Uno de los elementos que ha generado un mayor impacto visual en los paisajes islandeses es la actividad volcánica. Islandia es conocida como la tierra del hielo y el fuego, y con razón. La isla es una de las regiones del mundo con mayor número de volcanes activos. Y algunos están entre los más fascinantes del planeta. El país cuenta con más de 130 volcanes, tanto activos como inactivos, por lo que no es de extrañar que sus erupciones hayan jugado un papel crucial en la conformación de la isla. Estas erupciones, que en ocasiones han sido muy destructivas, han creado algunos de los paisajes más sorprendentes de Islandia.

Uno de los más famosos en los últimos años es Eyjafjallajökull. Su erupción en 2010 copó los titulares de las noticias de todo el mundo, ya que bloqueó el tráfico aéreo de Europa. La erupción dejó tras de sí un paisaje inhóspito a la par que espectacular, con ríos de lava en movimiento y campos cubiertos de ceniza. Cerca de allí está Hekla, que ha erupcionado más de 20 veces desde que se tienen registros. En época medieval, los habitantes de Islandia creían que era la puerta del infierno.

Hace no mucho, en 2021, la erupción del Fagradalsfjall puso de nuevo el foco en la actividad volcánica de Islandia. Situado en la península de Reykjanes, cerca de Reikiavik, esta erupción creó ríos de lava que atrajeron a turistas y nativos por igual. Hoy en día, los campos de lava, ya fríos, son un destino muy conocido para hacer senderismo, pudiendo ver de cerca la acción volcánica y sus efectos sobre el terreno del país.

A finales de 2024, una nueva erupción ha ocurrido cerca de Fagradalsfjall y ha aparecido en las noticias de medios de todo el planeta. Una fisura se ha abierto a poca distancia de la ciudad de Grindavík, subrayando una vez más la actividad constante que ocurre bajo la superficie de Islandia.

Los paisajes volcánicos no se observan tan solo en ríos de lava y cráteres. Lugares como Dimmuborgir, un enorme campo de columnas de lava y cuevas en el norte de Islandia, parecen sacados de otro mundo. Según las leyendas locales, Dimmuborgir es el hogar de troles y otras criaturas míticas. El nombre se traduce como “castillos oscuros”, ya que es lo que parecen desde lejos.

Glaciares y cuevas de hielo

Aunque el fuego es crucial en la historia de Islandia, el hielo es igual de importante. La otra mitad del famoso apodo del país. Los glaciares cubren aproximadamente el 11% de la superficie de la isla y han jugado un papel fundamental en dar forma a su geografía. Estas enormes masas de hielo no solo nutren a los ríos y cascadas de Islandia, sino que forman paisajes impresionantes que atraen a visitantes de todo el mundo.

El rey de todos los glaciares es Vatnajökull, el más grande de Europa. Está situado en el parque nacional del mismo nombre y es una pieza central en la belleza helada de Islandia. Con una superficie de más de 8.100 kilómetros cuadrados, es tan grande que hay varios volcanes bajo la capa de hielo. La interacción entre el fuego y el hielo se hace notar de manera especial en este lugar, ya que las erupciones volcánicas han causado inundaciones glaciares repentinas, llamadas jökulhlaups, que han tenido un fuerte impacto en la formación del paisaje que hay alrededor.

Explorar los glaciares de Islandia se convierte en una actividad doblemente atractiva si la combinamos con sus cuevas de hielo, que se pueden visitar en los meses más fríos. Estas cuevas son formaciones que, en su mayoría, son temporales. Se crean cuando el agua derretida talla intrincados túneles a través del hielo. Cuando llega el frío del invierno, el agua se congela una vez más, creando estructuras nuevas. Es un proceso cíclico y se forman cuevas diferentes cada año, por lo que nunca tienen el mismo aspecto. Las paredes de algunas cuevas tienen trazas de ceniza negra dentro del hielo, lo que crea un contraste bastante sorprendente.

La Crystal Ice Cave, que está dentro de Vatnajökull, es un ejemplo maravilloso. Sus paredes, de un azul intenso, y las extrañas formaciones que tiene hacen que sea un destino predilecto entre fotógrafos y aventureros.

Otra visita obligada es la laguna glacial de Jökulsárlón. Está pegada a Vatnajökull y este lago está lleno de icebergs que se han separado del glaciar y flotan en el agua antes de acabar en el mar. Muchos de estos trozos acaban en la playa Diamond Beach, generando un contraste muy hermoso entre el hielo azul y la arena negrea.

Otros glaciares significativos son Langjökull, donde se puede entrar en túneles cavados por el hombre, y Snæfellsjökull, en la península de Snæfellsnes. Este glaciar está situado sobre un estratovolcán inactivo que inspiró a Julio Verne para escribir Viaje al centro de la Tierra.

Cascadas

Ninguna guía de los paisajes de Islandia estaría completa sin mencionar sus cascadas. Son algunos de los elementos más representativos del país y es fácil saber por qué. Estos torrentes de agua se alimentan de los glaciares, ríos y abundante lluvia, y hay cientos repartidos por todo el país, con una gran variedad de formas, tamaños y, a veces, colores. Cada cascada es única, con su propia historia y personalidad.

Seljalandsfoss, en la costa sur, es una de las cascadas más visitadas y fotografiadas de Islandia. Su caída de 60 metros es ya de por sí impresionante, pero lo que hace destacar a Seljalandsfoss es el camino que permite andar por detrás de la catarata. Tras de la cortina de agua se siente la bruma en la cara y es una experiencia mágica.

Si quieres contemplar fuerza y poder, Dettifoss, en el norte, es la segunda cascada más caudalosa de Europa. Su volumen y potencia son imponentes y el cañón sobre el que cae el agua le añade aún más dramatismo.

Hay otra catarata en la misma región que, como Dettifoss, es parte del Círculo de Diamante, una ruta turística que conecta varios monumentos naturales del norte de Islandia. Goðafoss no es famosa por su tamaño, sino por el sorprendente color turquesa del agua.

Skógafoss es otra joya en la costa sur. Se trata de una cascada ancha y poderosa que suele crear un bonito arcoíris cuando hace sol.

En el oeste de Islandia hay dos cascadas muy bonitas. No son tan altas y potentes como las que acabamos de describir, pero merece la pena visitarlas. La primera de ellas se llama Hraunfossar, una serie de pequeñas cataratas que surgen de un campo de lava, lo que genera una escena bastante pintoresca. La segunda es Barnafoss, que está algo más arriba, también una serie de cascadas en el río Hvíta.

Sin embargo, la que quizás es la cascada más famosa de Islandia es Gullfoss, que es parte de la ruta del Círculo Dorado. Esta cascada en dos niveles cae sobre un escarpado cañón y, en días soleados, los rayos del sol crean un efecto colorido en la bruma. Por eso se la llama “cascada dorada”.

Áreas termales

La actividad geotérmica de Islandia es otro de los elementos distintivos de sus paisajes. La isla posee una enorme energía geotérmica que se pone de manifiesto en sus muchos géiseres, arroyos termales y fumarolas de vapor. Uno de los lugares más alucinantes en este sentido es el área geotérmica de Geysir, una de las tres paradas principales del Círculo Dorado. Aquí se encuentra el famoso géiser Strokkur y es uno de los lugares donde mejor se puede observar la energía geotérmica en acción. Strokkur erupciona cada cinco o diez minutos, lanzando una columna de agua caliente a 20 metros de altura.

Tal vez, la forma de actividad geotérmica más agradable para los turistas que vienen a Islandia es darse un baño en uno de los muchos arroyos o balnearios termales que hay en el país. La Laguna Azul, en el suroeste de Islandia, cerca de Reikiavik, es seguramente el balneario termal más famoso del país. Este lugar está alimentado por aguas ricas en silicio y otros minerales y sus aguas de color celeste son muy atractivas.

Si lo que buscas es una experiencia más natural, la Laguna Secreta en Flúðir y los baños naturales de Mývatn son opciones más baratas y tranquilas. Estos lugares están rodeados de paisajes alucinantes, por lo que son perfectos para relajarse. Se trata también de una experiencia cultural, ya que, tradicionalmente, los islandeses han usado los baños termales como lugares en los que reunirse y socializar.

Fiordos

Cuando pensamos en los fiordos de Europa, lo más habitual es que la mente vaya directa a Noruega, donde hay muchas de estas enormes y conocidas masas de agua. Pero en Islandia también hay. Muchos y muy bonitos. Hay dos regiones en las que los fiordos son los protagonistas: los fiordos occidentales y los fiordos orientales.

Los fiordos occidentales es una región remota y aislada que se encuentra en la esquina noroccidental del país, llena de acantilados y fiordos estrechos y profundos. Esta parte del país es de las menos visitadas, pero recompensa a los que se acercan hasta aquí. Aquí también se encuentra Dynjandi, una gigantesca cascada en varios niveles que es una de las joyas de la región. La costa de esta zona tiene mucha vida salvaje, como frailecillos y zorros árticos.

Por su parte, los fiordos orientales no son tan escarpados, pero son igualmente monumentos preciosos. Esta región tiene una buena cantidad de pueblos de pescadores y una gran población de renos, que se pueden ver pastando por los valles y colinas.

Tierras Altas

Las Tierras Altas son el corazón salvaje de Islandia. Una región enorme e inhabitada que tiene algunos de los paisajes más vírgenes del país. Esta región tiene uno de los climas más fríos de todo el país y solo se puede acceder a ella en los meses de verano (junio a agosto). La gran cantidad de nieve que cae, así como otros eventos climatológicos, hacen que las autoridades tengan que cerrar las carreteras de esta región (las famosas carreteras F) durante el resto del año.

Uno de los sitios que más merece la pena de las tierras altas es Landmannalaugar, con sus montañas multicolor de riolita y sus arroyos termales. Esta área es el punto de partida del sendero Laugavegur, una caminata de varios días que atraviesa por valles geotérmicos, desiertos de arena negra y verdes valles.

Las Tierras Altas son un lugar de extremos, donde la belleza natural muestra su mejor versión. Puedes explorar las arenas negras de Sprengisandur o las fumarolas de Hveravellir, pero sea como sea, seguro que las Tierras Altas van a proporcionarte una sensación de aventura que es difícil de encontrar en otro lugar.

Costas y playas de arena negra

Además de los fiordos, las costas de Islandia son tan variadas como el interior, con playas de arena negra, formaciones rocosas y acantilados escarpados. Reynisfjara, cerca de Vík, es la más famosa de estas playas. Su arena de origen volcánico y las columnas de basalto que se elevan desde el mar crean un conjunto difícil de igualar, sobre todo si se le añade la fuerza de las olas del Atlántico.

Antes hemos hablado de Diamond Beach, cerca de Jökulsárlón. Aquí podemos hallar trozos de hielo de la laguna glaciar esparcidos sobre la arena negra, brillando como diamantes bajo el sol, de ahí el nombre de la playa.

Desde los acantilados de Dyrhólaey hay vistas espectaculares de la costa y es un lugar incomparable para avistar aves, sobre todo frailecillos en verano. En el oeste, la península de Snæfellsnes tiene una costa impresionante, en la que se incluyen las formaciones rocosas de Lóndrangar y la belleza y quietud de las playas de Ytri-Tunga.

Cañones

Los cañones de Islandia están moldeados por fuerzas naturales que han actuado durante miles de años. La mayoría de ellos se formaron durante y después de la última Edad de Hielo a través de una combinación de actividad glaciar y erosión fluvial. A medida que los glaciares avanzaban y retrocedían, tallaban surcos profundos en el paisaje. Cuando los glaciares se derritieron, los ríos resultantes continuaron erosionando estos surcos, cortando más profundamente en el lecho de roca y formando los cañones que vemos hoy.

Un cañón conocido es Fjaðrárgljúfur en el sureste. Tiene aproximadamente dos kilómetros de largo y hasta 100 metros de profundidad. Formado hace unos 9.000 años, este cañón fue creado por el río Fjaðrá erosionando la suave roca de palagonita dejada por los glaciares en retroceso. El flujo constante del río desgastó gradualmente el lecho de roca, profundizando el cañón con el tiempo.

En el norte, el Cañón Jökulsárgljúfur es uno de los más grandes del país y forma parte del Parque Nacional Vatnajökull. Este cañón se formó principalmente por enormes inundaciones glaciares conocidas como jökulhlaups. Estas inundaciones ocurrieron cuando erupciones volcánicas bajo los glaciares causaron un derretimiento repentino, liberando grandes cantidades de agua que rápidamente tallaron la roca. Dentro de este cañón se encuentra Ásbyrgi, un valle en forma de herradura que también resultó de estas poderosas inundaciones.

Otro lugar singular es el Cañón Stuðlagil en el este de Islandia. Destaca por sus altas columnas de basalto y el brillante río glaciar azul que lo atraviesa. El contraste entre las oscuras columnas y el agua vívida lo convierte en un lugar impresionante para visitar.

Conclusión

Los paisajes de Islandia son la muestra del poder extremo y belleza de la naturaleza. Esta es la tierra donde el fuego choca con el hielo, donde las cascadas rugen y los glaciares brillan, donde la fuerza bruta de la Tierra se puede observar en cada esquina. Cada región tiene su propio encanto, lo que hace de Islandia un destino perfecto para que la descubras.

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