Guðrúnarlaug Hot Spring: Una joya escondida en el Oeste de Islandia

Historia y formación de Guðrúnarlaug Hot Spring

Guðrúnarlaug es un manantial termal natural, es decir, no está construido por el ser humano, sino por la propia naturaleza. En Islandia abundan estas aguas calientes gracias a la actividad volcánica que calienta el agua bajo tierra. Este manantial lleva ahí cientos de años y se menciona incluso en la Saga de Laxdæla, un texto medieval. El estanque original quedó sepultado hace aproximadamente 140 años por un corrimiento de tierra, pero en 2009 la gente de la zona lo restauró para que pudiéramos disfrutarlo de nuevo.

Lo genial es que Guðrúnarlaug sigue siendo 100% natural: el agua proviene directamente de la energía geotérmica de la tierra, sin necesidad de tuberías ni máquinas. La reforma que hicieron en 2009 añadió unos muros de piedra y una sala de cambio con techo de turba para darle un aire vikingo, pero el agua es tan natural como siempre. Es, básicamente, un combo único de historia y paisaje islandés.

Aunque no es tan famoso como la Laguna Azul, justo ahí está su encanto. Cada vez más gente lo visita porque ofrece un ambiente más tranquilo y auténtico. Y qué mejor que sumergirte en un manantial de la era vikinga rodeado de naturaleza.

Crédito de la foto: http://flickr.com/photos/kudumomo/

La Saga de Laxdæla y su conexión con Guðrúnarlaug

La Saga de Laxdæla es una de esas historias islandesas antiguas que mezclan aventuras, romances y dramas de la época vikinga. Uno de sus personajes centrales es Guðrún Ósvífrsdóttir, descrita como una mujer muy lista y muy guapa que llegó a casarse cuatro veces. Según cuenta la saga, le gustaba bañarse en un manantial termal, y se cree que ese lugar era, precisamente, Guðrúnarlaug, de ahí que lleve su nombre.

Información clave sobre Guðrúnarlaug Hot Spring

Vamos al grano: esto es lo más importante que debes saber antes de ir.

Dónde está Guðrúnarlaug y cómo llegar

Guðrúnarlaug se encuentra en el valle de Sælingsdalur, en la región de Dalabyggð, al oeste de Islandia. Está a unos 20 km de Búðardalur y a 167 km de Reikiavik (unas 2 horas y media en coche).

Para llegar, sal de Reikiavik por la Ring Road (Ruta 1) en dirección norte y luego toma la Ruta 60 hacia Búðardalur. Allí, sigue hasta la Ruta 589 unos 3 km, hasta la granja Laugar. Aparca en la granja y camina unos 5 minutos por un senderito hasta el manantial. Es muy fácil de ver cuando estás cerca, y el trayecto ofrece unas vistas preciosas durante todo el camino.

La mejor forma de ir es en coche, ya que está bastante apartado. Puede que haya algún tour que lo visite, pero suelen incluirlo dentro de otro itinerario más amplio, así que no te dan tanta libertad de horarios.

Instalaciones

No esperes lujos: hay una pequeña cabaña para cambiarse con un techo de turba muy pintoresco y nada más. Nada de duchas ni aseos ni comodidades de tipo “spa”. Eso sí, hay un ambiente súper auténtico.

Precio

¡Es gratis! Igual que casi todos los manantiales naturales de Islandia. No hay taquilla ni ningún tipo de coste. A veces este tipo de lugares tienen una caja de donaciones, pero aquí no.

Horario

Al no ser un lugar comercial, está abierto todo el tiempo, 24 horas los 365 días del año. Eso sí, la piscina es bastante pequeña, así que intenta evitar momentos con mucha gente porque si no te vas a tener que quedar fuera esperando.

Qué debes llevar

Aquí no te van a dar nada, así que tienes que traer lo tuyo: bañador, toalla, chanclas o zapatos de agua (hay piedras en el suelo), algo de abrigo para antes y después, y quizá snacks o agua para beber. No hay tiendas ni personal en la zona, así que mejor ir prevenido/a.

¿Por qué merece la pena visitar Guðrúnarlaug?

Guðrúnarlaug Hot Spring es un sitio cargado de historia vikinga. Lleva el nombre de Guðrún Ósvífrsdóttir (de la Saga de Laxdæla) y se dice que ella misma se bañaba aquí. En 2009 lo reconstruyeron con muros de piedra y techo de turba para que volviera a lucir como en la época vikinga. Cuando te sumerges en el agua calentita, es fácil imaginar cómo era la vida hace mil años.

Además, está rodeado de un paisaje increíble en el valle de Sælingsdalur. No hay grandes aglomeraciones de turistas, así que te puedes relajarte en paz. El agua suele rondar entre 37 y 40 °C, perfecta para desconectar después de un día de carretera. Y lo mejor es que es una experiencia genuinamente islandesa: nada de instalaciones supercomerciales; solo un manantial gratis y natural, tal cual lo han disfrutado los islandeses durante generaciones.

Alquila un coche en Islandia

Visita cada rincón de Islandia con total flexibilidad

Mira nuestros precios

Mejor época para visitar Guðrúnarlaug

El manantial merece la pena en cualquier temporada, pero cada estación tiene su encanto.

Verano (junio a agosto)

Los días son larguísimos gracias al Sol de Medianoche, y meterte en el agua caliente a media noche con luz es algo bastante único. Puedes aprovechar el día para hacer senderismo por el valle o admirar las flores silvestres. A veces hay festivales locales muy divertidos en pueblos cercanos.

Invierno (diciembre a febrero)

El invierno es tranquilo y, aunque los días son muy cortos y con nieve, la fuente sigue bien calentita. Si hay suerte, podrás ver auroras boreales. Eso sí, piensa que anochece pronto, así que si quieres ir con luz, plantéate visitarlo pronto.

Primavera (marzo a mayo)

La primavera es la época en la que todo vuelve a la vida: el deshielo, los arroyos que bajan con fuerza y los corderitos correteando en las granjas. Suele haber menos gente, y con el clima suavizándose, la experiencia en el manantial es súper agradable. También empiezan a regresar muchas aves migratorias.

Otoño (septiembre a noviembre)

El paisaje se tiñe de tonos dorados, y el aire fresco hace que el agua calentita se disfrute aún más. Podrás ver mercados de agricultores en la zona, con productos locales. Además, también hay posibilidades de ver auroras boreales a finales de otoño.

Qué llevar cuando visites Guðrúnarlaug

Como aquí no hay servicios ni extras, estos son los básicos:

• Bañador: imprescindible para bañarte.
• Toalla: para secarte después.
• Chanclas o calzado acuático: el suelo puede ser pedregoso.
• Ropa de abrigo: una chaqueta o sudadera para antes y después del baño.
• Agua y algo de picar: no hay tiendas cerca.
• Bolsa para la ropa mojada: así no mojas el resto de tus cosas.
• Linterna: en invierno oscurece pronto y puede ser útil.

Qué hacer por Guðrúnarlaug

El oeste de Islandia tiene mucho que ofrecer después de darte un chapuzón. Estas son algunas ideas.

Eiríksstaðir: un viaje a la historia islandesa

Queda cerca en coche y es un museo interactivo de la época vikinga. Aquí vivieron Erik el Rojo y su hijo Leif Erikson (que según cuentan, descubrieron Groenlandia y América). Puedes entrar en la casa comunal reconstruida, tocar las paredes de madera y ver herramientas antiguas. Hay guías que te cuentan leyendas de la saga y a veces incluso puedes probarte ropas vikingas. Está genial si te apasiona la historia o simplemente tienes curiosidad por cómo se vivía antaño. Además, conecta muy bien con el ambiente de saga que rodea a Guðrúnarlaug.

Breiðafjörður: un fiordo impresionante

Breiðafjörður es un fiordo grande cerca de Guðrúnarlaug, perfecto si te gusta la naturaleza. Desde Stykkishólmur puedes hacer una excursión en barco para ver islitas, acantilados y aguas cristalinas. Con suerte puedes frailecillos, águilas y hasta focas. ¡No te olvides los prismáticos! Las vistas son espectaculares, con cielos inmensos y aguas tranquilas donde hacer fotos preciosas. El tour suele durar un par de horas, así que llévate algo de comer y aprovecha.

Más piscinas geotérmicas: ¡explora y descubre!

Si eres fan de las aguas termales, en el oeste de Islandia hay algunos más, aunque no tantísimos como en otras zonas. Uno de los más conocidos cerca de Guðrúnarlaug es Landbrotalaug, un lugar pequeño y escondido. A veces cuesta encontrarlo, así que pide indicaciones o búscalo en internet antes de ir. El agua está muy a gusto, y el sitio es tan silencioso que oirás hasta el viento. Asegúrate de llevar toalla, calzado de agua y algún tentempié, porque no hay instalaciones allí tampoco.

Rutas escénicas: recorre el oeste en coche

El oeste de Islandia es ideal para un road trip. Coge un coche y lánzate a explorar paisajes increíbles. La península de Snæfellsnes no está lejos y cuenta con glaciares, volcanes, playas de arena negra y pueblos pesqueros de postal. Puedes ir parando en cascadas, acantilados o donde te apetezca, y tiene un montón de sitios para hacer fotos o dar un paseo. Las carreteras están en buen estado y hay muchos desvíos interesantes.

Ruta de las sagas: revive las historias antiguas

La Ruta de las Sagas en el oeste de Islandia conecta lugares que aparecen en las sagas medievales. Helgafell, por ejemplo, es una pequeña montaña cerca de Guðrúnarlaug que aparece en la Saga de Laxdæla y a la que llaman la “Montaña Sagrada”. Se cuenta que, si la subes en silencio y pides un deseo al llegar arriba, se cumple. A lo largo del trayecto, encontrarás paneles informativos y pequeños museos con historias de amor, batallas y héroes. Es una forma muy chula de profundizar en la historia de la zona después de tu baño.

Conclusión

Guðrúnarlaug Hot Spring es un tesoro oculto del oeste de Islandia que de verdad merece la pena. Está vinculado a Guðrún Ósvífrsdóttir de la Saga de Laxdæla, así que te estarás bañando donde, según cuentan, se bañaba esta legendaria mujer vikinga. Está en el precioso valle de Sælingsdalur, es gratis y está abierta todo el año, ideal para quienes buscan un rincón genuino de Islandia lejos de las aglomeraciones. Tanto si te interesa la historia, como si quieres flipar con los paisajes o simplemente relajarte en una fuente geotérmica, Guðrúnarlaug no te va a defraudar.

Preguntas frecuentes sobre Guðrúnarlaug