Itinerario para la Ring Road: Una aventura de 10 días en Islandia
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Hoy en día, los viajes por carretera (o road trips) se han convertido en una manera muy habitual de hacer turismo. Son una forma muy divertida de descubrir lugares que tienen varias cosas que quieres ver, pero que se encuentran a cierta distancia unas de otras. Además, con la compañía adecuada, pueden llegar a ser grandes experiencias que recordarás el resto de tu vida.
Esto se pone de especial manifiesto en el caso de Islandia. El país tiene tanto que ofrecer que embarcarse en un viaje por carretera es la manera ideal de llegar a todas partes. Y no solo eso, sino que Islandia tiene una carretera que es perfecta para realizar un viaje de este tipo. La Ring Road, cuyo nombre oficial es Ruta 1, es la autovía más importante del país. Rodea toda la isla, pasando por muchas de las impresionantes maravillas naturales que hay aquí.
También es una manera estupenda de entrar en contacto con la cultura islandesa, ya que la Ring Road pasa por muchas de las ciudades más importantes de Islandia. La Ruta 1 tiene una longitud aproximada de 1.332 kilómetros y da buena muestra de todo lo que Islandia tiene que ofrecer. Se tardarían unas 17 horas en completarla sin realizar ninguna parada, pero en esta guía vamos a proponer un itinerario de 10 días por esta icónica carretera, lo que da tiempo de sobra para explorar cada región como se merece. Prepárate para descubrir cascadas, glaciares, maravillas termales, playas de arena negra y fiordos. ¡Pongámonos en marcha!
Información clave
- Este itinerario empieza y acaba en Reikiavik, dedicando el último día al desplazamiento hasta el aeropuerto internacional de Keflavík.
- Cada parada incluye varias cosas que ver, pero algunas pueden dejarse fuera si prefieres dedicar más tiempo a cada atracción.
- Algunas paradas están junto a la carretera, pero otras implican tener que realizar un pequeño desvío.
Día 1: Reikiavik
La aventura empieza en Reikiavik, la capital de Islandia. No es muy grande si la comparamos con otras capitales europeas, pero Reikiavik está llena de encanto y una mezcla vibrante de arte, cultura e historia. Es el lugar ideal para tener un primer contacto con la forma de vida del país mientras se visitan algunos monumentos.
Empieza yendo a Hallgrímskirkja, la iglesia más grande de Islandia y uno de sus edificios más representativos. Su peculiar diseño, que está inspirado en la naturaleza de la isla, es igual de impresionante por dentro. No dejes pasar la oportunidad de subir en el ascensor hasta la parte más alta de la torre, desde donde se ve toda la ciudad, las montañas que la rodean y el océano Atlántico.
El litoral de Reikiavik es un lugar muy agradable para pasear y allí se encuentra el Sun Vogayer, una hermosa escultura que simboliza el espíritu aventurero de Islandia. Desde ahí, dirígete al Harpa Concert Hall, una obra maestra de la arquitectura contemporánea hecha de paneles de cristal de colores. El reflejo de la bahía lo convierte en un lugar estupendo para hacer fotos.
Por la tarde, recorre la calle Laugavegur, la principal zona comercial de la ciudad. Esta calle tiene un montón de tiendas, almacenes, restaurantes y cafeterías. Si te interesa la historia y la cultura, acércate al Museo Nacional de Islandia, donde la exposición narra el desarrollo de Islandia desde los primeros pobladores vikingos hasta la época moderna.
Para cenar, Reikiavik tiene una gran selección gastronómica. Aunque hay restaurantes de todo tipo, te animo a probar la cocina tradicional islandesa. El cordero y el marisco son los productos principales. Si tienes ganas de emociones fuertes, puedes probar el hákarl, que es básicamente tiburón fermentado.
Día 2: Círculo Dorado
En el segundo día, sal de Reikiavik y dirígete hacia el este hasta el Círculo Dorado, una de las rutas turísticas más famosas de Islandia. Este itinerario, al que se llega por la Ring Road de manera muy sencilla desde la capital, incluye tres de las atracciones más famosas de Islandia: el Parque Nacional de Þingvellir, el área geotérmica de Geysir y la cascada Gullfoss.
La primera parada es el Parque Nacional de Þingvellir, lugar patrimonio mundial de la UNESCO. Este increíble paraje es asombrosamente hermoso, pero también muy importante a nivel histórico. Geológicamente, se sitúa sobre la separación entre las placas tectónicas eurasiática y norteamericana. Se puede caminar entre dos continentes, literalmente, en la garganta Almannagjá. También puedes hacer lo mismo bajo el agua, en la fisura de Silfra, donde es posible nadar tocando las dos placas a la vez. El parque es también el lugar donde se fundó el parlamento de Islandia, el Alþingi, en el año 930.
A continuación, ve al área geotérmica de Geysir, un lugar donde la actividad geotérmica se puede observar de manera espectacular. El Gran Géiser (geysir en islandés), que da nombre al área, está inactivo, pero su vecino Strokkur erupciona cada 5 o 10 minutos, lanzando agua hasta 20 metros de altura. La zona alrededor está repleta de fumarolas de vapor, calderas de lodo burbujeante y depósitos minerales, poniendo de manifiesto las intensas fuerzas que se mueven bajo la superficie.
La última parada del día es Gullfoss, también llamada “cascada dorada”. Esta enorme catarata en dos niveles cae con sorprendente fuerza sobre un profundo cañón. Si hace sol, el efecto de los rayos sobre la bruma crea un arcoíris, de ahí el sobrenombre del lugar. Dedica un tiempo a pasear por los senderos que hay para apreciar el tamaño y belleza de Gullfoss.
Día 3: Sur de Islandia
El sur de Islandia es una región de gran belleza, con un buen número de imponentes cascadas, playas de arena negra y acantilados escarpados. Para comenzar, dirígete a Seljalandsfoss, una de las cascadas más famosas de Islandia. Esta catarata de 60 metros de altura es única porque se puede caminar por detrás de ella, lo que ofrece una perspectiva singular del lugar, con el agua cayendo frente a ti.
A poca distancia en coche está Skógafoss, probablemente mi cascada favorita, de altura muy similar a Seljalandsfoss. Sube por la escalera hasta la parte superior, desde donde podrás disfrutar de unas vistas geniales del paisaje alrededor.
Continúa por la costa hasta Dyrhólaey, un promontorio desde donde se puede contemplar un gran tramo de costa. Si vienes en verano, es una zona de anidamiento para el frailecillo y se lo puede ver en los acantilados.
Por último, visita Reynisfjara, una playa de arena negra conocida por sus imponentes columnas de basalto y por las formaciones rocosas de Reynisdrangar. El contraste entre la arena negra, el chocar de las olas y los acantilados hacen que sea un lugar espectacular para hacer fotos. Pero ten mucho cuidado con las olas, conocidas como “olas furtivas”, que tienen mucha fuerza y pueden llegar a ser muy peligrosas. Ni se te ocurra acercarte a la orilla ni lo más mínimo.
Día 4: Parque Nacional de Vatnajökull y laguna glaciar de Jökulsárlón
El itinerario continúa por el sur, yendo hacia el este. En el cuarto día, dirígete al Parque Nacional de Vatnajökull, hogar del glaciar más grande de Europa. Es un parque inmenso, que cubre el 14% de la superficie de Islandia, y tiene cosas espectaculares.
Una de las más llamativas es Skaftafell, una parte del parque conocida porque se pueden recorrer algunas de sus lenguas glaciares y tiene varios senderos. Puedes caminar hasta Svartifoss, una cascada enmarcada entre oscuras columnas de basalto que recuerdan a los tubos de un órgano. Este lugar fue la inspiración para el diseño de Hallgrímskirkja.
A continuación, conduce hasta la laguna glaciar de Jökulsárlón, uno de los lugares más famosos de Islandia. Este lago está lleno de pequeños icebergs que se han desprendido de un glaciar cercano. Los trozos de hielo, que van desde blanco puro a azul intenso, flotan en el agua, creando un escenario que parece irreal. Muchos de ellos acaban en la Diamond Beach, otra playa de arena negra muy cecana, donde los trozos de hielo brillan como diamantes sobre la arena negra. El tour en barco por la laguna es bastante recomendable.
Día 5: Los fiordos orientales
Los fiordos orientales es una de las regiones más tranquilas de Islandia. Venir aquí es como hacer una escapada en busca de paz, lejos de las zonas más transitadas, lo que lo convierte en el lugar perfecto para mitad del viaje. Conducir por esta parte del país es recorrer carreteras serpenteantes, acantilados empinados y pintorescos pueblos de pescadores.
Uno de los mejores es Djúpivogur, una aldea encantadora conocida por su estilo de vida sosegado y su vida artística. Pasea por el puerto contemplando las esculturas, como los famosos "Eggin í Gleðivík”, una serie de estatuas en forma de huevo que representan las especies de aves de la zona.
Otra atracción principal de la región es Hengifoss, una de las cascadas más altas de Islandia. El camino a ella pasa por Lítlanesfoss, otra cascada preciosa rodeada de columnas de basalto.
Los fiordos orientales son un sitio estupendo para ver animales salvajes. Es normal ver renos en la región, que combinan de maravilla con la belleza de los fiordos y las montañas.
Día 6: Círculo de Diamante – Parte 1
Conforme nos acercamos al norte de Islandia, el Círculo de Diamante es una colección de increíbles maravillas naturales. Es muy parecido al Círculo Dorado en el sur, pero esta ruta consta de cinco atracciones principales. Como se tarda un poco llegar hasta aquí y la región es bastante grande, hemos dividido esta parada en dos días para que puedas ver todo como se merece. Vamos a empezar en Dettifoss, la segunda cascada más caudalosa de Europa. El volumen de agua que cae es imponente y abrumador.
A continuación, visita Ásbyrgi, un cañón en forma de herradura con un precioso bosque en la base de los acantilados. La leyenda cuenta que el cañón se formó por la huella de Sleipnir, el caballo de ocho patas de Odín.
Para terminar el día, ve a Husavík, una agradable ciudad costera conocida como la capital del avistamiento de ballenas de Islandia. Coge un barco para ver ballenas jorobadas, ballenas Minke y orcas. La experiencia de ver a estas majestuosas criaturas en su hábitat natural es inolvidable. Te sonará a exageración, pero es una de la experiencias más impresionantes de mi vida.
Día 7: Círculo de Diamante – Parte 2
El norte de Islandia es una región bastante grande y las atracciones del Círculo de Diamante necesitan su tiempo. Tras pasar la noche por la zona, empieza el día en Goðafoss, la “cascada de los dioses”. Esta catarata semicircular es a la vez impresionante a nivel visual e importante históricamente. Según la leyenda, el jefe tribal Þorgeir Ljósvetningagoði lanzó sus ídolos paganos al agua aquí en el año 1000, convirtiendo a la nación al cristianismo. Sin embargo, lo más llamativo de este lugar es el color del agua, de un turquesa intenso.
Desde Goðafoss, dirígete al lago Mývatn, una zona termal rodeada de un paisaje volcánico singular. Dedica un rato a explorar Dimmuborgir, que significa “castillos oscuros”, una extensión en la que las formaciones de lava se asemejan a fortalezas de roca. Si buscas algo de relajación, acércate a los baños naturales de Mývatn. El agua caliente, rica en minerales, es perfecta para sumergirse mientras se disfruta de las vistas del paisaje volcánico de alrededor.
Otra opción para el baño es el Forest Lagoon, un precioso balneario termal artificial. Está situado en medio de un bonito bosque, con vistas del fiordo Eyjafjörður. Para acabar el día, ve a Akureyri, la segunda ciudad más grande de Islandia. Tiene una rica vida cultural, con varias cafeterías y restaurantes donde degustar comida islandesa. Si tienes tiempo suficiente, visita los jardines botánicos y la iglesia Akureyri.
Día 8: Las joyas ocultas del norte de Islandia
El norte de Islandia tiene mucho más que ofrecer que el ya de por sí alucinante Círculo de Diamante. Esta región tiene varios tesoros escondidos que merecen atención. Comenzamos yendo hacia el oeste, empezando por Hvítserkur, una roca de basalto de 15 metros de altura junto a la península de Vatnsnes. Esta sorprendente formación se asemeja a un dragón que está bebiendo agua del mar. Hay gente que dice que lo que ve es un elefante, mientras que las historias de la zona hablan de un trol petrificado por el sol. El mejor momento de este sitio es con marea baja, ya que se puede caminar junto a la base. También es lugar de anidamiento de varias especies de aves marinas.
Desde ahí, dirígete a Laufás, unas casas con tejado de hierba en las que la historia cobra vida. Aquí se puede contemplar cómo era antiguamente la vida rural de Islandia. Es el ejemplo perfecto de arquitectura tradicional, con tejados cubiertos de un espeso manto de hierba hecho para aislar las casas del duro clima islandés. Dentro se pueden admirar muebles y objetos que muestran cómo vivían los lugareños hace siglos.
Después, ve a Siglufjörður, un encantador pueblo de pescadores rodeado de montañas y el océano Ártico. Siglufjörður fue en su día un importante centro de la industria del arenque, y esa época dorada de la ciudad se puede ver en el Herring Era Museum (Museo del arenque). Tiene exposiciones interactivas, barcos de pesca restaurados e incluso se pueden probar distintas recetas con arenque. Date un paseo por las coloridas calles, visita el puerto y disfruta de la quietud de esta joya norteña.
Día 9: Península de Snæfellsnes
La siguiente parada es la península de Snæfellsnes, en Islandia occidental. A esta área se la conoce como “Islandia en miniatura” porque tiene un poco de todo lo que ha hecho al país famoso en el mundo entero. La mayor parte de la península se integra en el Parque Nacional de Snæfellsjökull, en el que el volcán del mismo nombre, que tiene un glaciar encima, es el protagonista. Es una montaña impresionante, pero también un lugar de fama literaria, ya que sirvió a Julio Verne de inspiración para escribir Viaje al centro de la Tierra.
En el parque está también Kirkjufell, una sorprendente montaña de la que se dice que es de los sitios más fotografiados de todo el país. Luce mejor incluso junto a una cascada que hay cerca, Kirkjufellsfoss. La forma cónica de Kirkjufell hace que sea una de los elementos geográficos más reconocibles de Islandia.
Si quieres explorar la Islandia subterránea, puede ser una buena idea apuntarte a una visita guiada al glaciar o a una de las cuevas de lava del parque, como Vatnshellir.
Los pueblos costeros de Arnarstapi y Hellnar son grandes ejemplos de los pueblos pesqueros de la región, con imponentes acantilados, formaciones de roca extrañas y gran cantidad de aves. Hay un sendero que conecta ambos pueblos. Tiene unas vistas estupendas de la costa y hay opciones de ver frailecillos en verano.
No te pierdas Lóndrangar, dos formaciones de basalto que se elevan desde el mar. Son los restos de un cráter volcánico que ha sido erosionado por las olas. También puedes acercarte a Djúpalónssandur, una playa de arena negra en la que hay restos de un naufragio.
Puedes pasar la noche por aquí o dirigirte a Reikiavik. Allí puedes disfrutar de la vida nocturna de la capital o aprovechar para ver lo que no te dio tiempo el primer día. Todo depende de la hora a la que salga tu vuelo.
Día 10: Salida – Reikiavik a Keflavik con parada en la Laguna Azul
Aprovecha al máximo tu último día en Islandia y sácale partido al trayecto entre Reikiavik y el aeropuerto de Keflavik. Puedes decir adiós al país de la mejor manera posible. Empieza con un buen desayuno en Reikiavik antes de salir.
De ahí, ve hasta la Laguna Azul, uno de los balnearios termales más famosos de Islandia. Está ubicado en medio de un campo de lava y es famoso por sus aguas de color celeste ricas en silicio, que se cree tiene propiedades beneficiosas para la piel.
Si no has explorado todavía la península de Reykjanes y tienes tiempo, una buena opción es el geoparque de Reykjanes. El puente entre continentes, una estructura simbólica sobre la fisura que divide las placas tectónicas eurasiática y norteamericana, es una opción estupenda para hacer fotos y un recordatorio de la geología única de Islandia.
Si no, también puedes ir al Viking World Museum, donde se puede ver una réplica a tamaño natural de un barco vikingo y aprender acerca de la historia de Islandia.
Consejos de viaje
Te dejamos algunos consejos básicos para que el viaje sea lo más suave y placentero posible.
- Hacer la maleta. Como el tiempo cambia tanto, la clave para adaptarse a ellos es vestir con capas. Así puedes añadir o quitar prendas para ajustarte a esos cambios. No olvides traer una chaqueta impermeable.
- Mantente informado. El tiempo cambia mucho y es impredecible, con una gran influencia sobre las carreteras. Comprueba siempre el pronóstico del tiempo y el estado de las carreteras antes de empezar el día.
- Navegación y conducción. Usa un GPS o mapas descargados en el móvil, ya que la cobertura puede ser mala en algunas zonas. Conduce con cuidado, sobre todo en invierno. Las carreteras pueden tener hielo y ser estrechas.
- Comida y agua. Lleva snacks para trayectos largos entre ciudades. Trae una botella de agua reutilizable. El agua del grifo es muy pura y así se reduce el consumo de plástico.
- Alojamiento. Reserva con tiempo, sobre todo en temporada alta (junio a septiembre). Esto también se aplica a las actividades que tengas pensado hacer.
- Paradas para repostar. Hay pocas gasolineras en zonas rurales, así que llena el depósito cuando puedas.
- Seguridad y emergencia. El número de emergencias en Islandia es 112. Lleva el teléfono siempre cargado o usa una batería portátil.
- Respeta la naturaleza. No te salgas de los caminos marcados para proteger los ecosistemas. No conduzcas fuera de la carrera, es ilegal y daña al medio ambiente.
Conclusión
Conducir por la Ring Road de Islandia es más que un modo de transporte. Es un viaje a través de algunos de los paisajes más increíbles de la Tierra. En diez días, vas a contemplar el poder de la naturaleza, desde impresionantes cascadas a lagunas glaciares únicas, así como experimentar la magia de Islandia. No es solo una forma de moverse por el país. Es una experiencia inmersiva que te acercará a su verdadera esencia. Una aventura que te dejará recuerdos que durarán toda la vida.