La aventura salvaje definitiva: Reserva natural de Hornstrandir

¿Qué es la reserva natural de Hornstrandir?

Hornstrandir es una zona remota y salvaje donde la belleza de Islandia se muestra en todo su esplendor. Pero no es tan solo una reserva natural. Es como viajar en el tiempo a un mundo sin contacto con el desarrollo moderno. Tiene un área de unos 580 kilómetros cuadrados y se ubica en una península dentro de una península de mayor tamaño que son los Fiordos Occidentales. Es la zona protegida más al norte de toda Islandia. La reserva es un reducto de vida salvaje, un santuario de plantas raras y un destino de ensueño para aventureros.

No fue siempre así, sin embargo. En el pasado, Hornstrandir era el hogar de pequeñas comunidades agrarias y de pescadores. Los habitantes llevaban vidas duras, aislados del resto, luchando contra los elementos en uno de los parajes más hostiles de Islandia. En los años 50 del siglo XX, la población de la zona desapareció, ya que las familias que vivían en la región se mudaron a ciudades de mayor tamaño para disponer de mejores oportunidades. La agricultura es casi imposible en invierno, por lo que es muy difícil vivir aquí. Sin la acción humana, la tierra comenzó a recuperarse. La naturaleza reclamó sus dominios, convirtiendo los campos y aldeas abandonadas en nuevas zonas salvajes.

En 1975, Hornstrandir fue declarada reserva natural, protegiéndola del desarrollo urbanístico y asegurando que sus ecosistemas pudieran perdurar. Hoy en día se erige como una de las áreas más vírgenes de Islandia, un lugar donde los visitantes pueden sentir la belleza sin adulterar de la naturaleza.

Dónde está la reserva natural de Hornstrandir y cómo llegar

Hornstrandir se sitúa en la punta norte de los Fiordos Occidentales (en islandés, Vestfirðir), la más remota y escarpada región de las ocho que componen Islandia. Para llegar hace falta un poco de paciencia y sentido de la aventura. No es un sitio con el que te encuentres, es un sitio al que hay que planificar cómo ir.

El punto de partida para la mayoría de los visitantes es Ísafjörður, la ciudad más grande de los Fiordos Occidentales. Se puede llegar a Ísafjörður en coche, pero es un trayecto muy largo desde Reikiavik, entre seis y ocho horas, dependiendo del estado de las carreteras. Por otro lado, el viaje es parte de la aventura, con carreteras serpenteantes, fiordos espectaculares e incontables lugares donde pararse a hacer fotos por el camino.

Para llegar hasta Ísafjörður desde la capital, toma la Ruta 1, también conocida como Ring Road, dirección norte. Una vez que pases la ciudad de Bifröst, toma la salida hacia la Ruta 60. Continúa en ella un rato hasta que llegues a la salida hacia la Ruta 61, que lleva a Ísafjörður. Esta carretera es como una ruta turística por los fiordos.

Una vez llegues a la capital de los Fiordos Occidentales, lo más recomendable es ir al centro de visitantes de Hornstrandir. Allí encontrarás guardas del parque que te pueden ayudar a planificar el viaje a Hornstrandir. También hay una pequeña exposición acerca de la vida en la reserva. El centro de visitantes está abierto desde el 1 de junio al 31 de agosto, de 8:15 a 15:30, de lunes a sábado.

Desde Ísafjörður, la única manera de llegar a Hornstrandir es en barco. Hay ferris y barcos más pequeños que operan durante los meses de verano, llevando a los pasajeros a distintos puntos de la reserva, como Hesteyri, Hornvík y Veiðileysufjörður. El trayecto en barco es fantástico. Se pasa frente a acantilados enormes, fiordos asombrosos e incluso se puede llegar a ver alguna ballena que otra.

Ten en cuenta que el horario de los ferris depende del tiempo, que puede ser impredecible. Es buena idea contar con cierta flexibilidad en los planes de viaje, por si acaso. Si todo esto te parece demasiada molestia, puedes reservar una visita guiada, que suele incluir el transporte, para que no tengas que preocuparte de la logística.

Viajar a Hornstrandir en una estación que no sea verano no solo es desaconsejable, sino que es prácticamente imposible.

Qué ver y hacer en la reserva natural de Hornstrandir

Puede que viajar hasta Hornstrandir suene como un reto, pero merece la pena. La reserva es un parque de atracciones para amantes de la naturaleza, con muchas oportunidades de hacer senderismo, ver vida salvaje y explorar. Es más que ir a ver algo. Es vivir una experiencia totalmente inmersiva.

El senderismo es la actividad principal en Hornstrandir, y con razón. Hay caminos que van desde duras rutas de varios días a caminos más cortos y accesibles. Uno de los senderos más icónicos va de Hornvík a Veiðileysufjörður. Es exigente, con pasos de montaña, pero las vistas de los fiordos y acantilados dejan con la boca abierta. Otra gran opción es el sendero de Hesteyri a Aðalvík, que pasa por pueblos abandonados y prados verdes.

Si las rutas largas no son lo tuyo, puedes quedarte embelesado con los majestuosos acantilados de Hornbjarg. Estas paredes de roca se elevan cientos de metros sobre el mar y son el hogar de miles de aves marinas. En realidad, toda la reserva está repleta de vida salvaje, pero nos meteremos de lleno en este tema más adelante.

Camping en la reserva natural de Hornstrandir

Como ya hemos mencionado, hay rutas en la reserva natural de Hornstrandir que llevan varios días. Esto quiere decir que tendrás que pasar la noche en algún sitio. Pero no esperes hoteles o alojamientos elegantes aquí. La manera más habitual de pernoctar es hacer camping, que solo está permitido en ciertas zonas designadas. Hay 14 áreas de acampada que dependen de la agencia medioambiental de Hornstrandir y dos que son de propiedad privada. Las zonas más populares están en la bahía de Hornvík y en Hesteyri.

Si buscas algo más de confort, puedes hospedarte en Læknishúsið (que significa centro médico) en Hesteyri, una casa de huéspedes rústica que ofrece camas y comidas en verano.

Flora y fauna

Hornstrandir es como un documental de naturaleza con vida propia. Su aislamiento ha propiciado que los ecosistemas se desarrollen, creando un medio ambiente en el que plantas y animales viven en paz.

En verano, las praderas se llenas de flores silvestres, convirtiendo el paisaje en un tapiz de morados, amarillos y rosas. Hay tomillo ártico, botón de oro y musgo que cubre los valles. En los acantilados hay plantas que se han adaptado a las condiciones de vida más duras.

En lo que animales se refiere, la estrella sin discusión de Hornstrandir es el zorro ártico. Estas peludas y juguetonas criaturas son los únicos mamíferos nativos de Islandia. Son muy curiosas y no se suelen asustar de los humanos, siendo sorprendentemente fácil acercarse a ellos.

Hay varias especies de aves que han hecho de Hornstrandir su hogar. Algunas de las que se pueden encontrar aquí son el fulmar boreal, la gaviota y algunas especies de águila. No obstante, el ave que los turistas tienen más ganas de ver aquí, y en Islandia en general, es el frailecillo. Este encantador animal se puede observar anidando en las cornisas o volando sobre el océano.

En las playas suele haber focas tomando el sol y, si tienes suerte, puede que veas algunas ballenas o delfines.

Los Fiordos Occidentales

Los Fiordos Occidentales son como un mundo aparte dentro de Islandia. Esta región está definida por sus espectaculares fiordos, imponentes montañas y una sensación de aislamiento difícil de encontrar en otros lugares. Tiene una población de unos 7.200 habitantes en un área de 22.000 kilómetros cuadrados. Es la región menos poblada de Islandia y una de las de menor densidad de población, con apenas 0,8 habitantes por kilómetro cuadrado.

Explorar los Fiordos Occidentales es una aventura. Llegar a esta región no es fácil, pero los turistas que vienen a este rincón de la isla se ven recompensados con unas vistas sin igual. Uno de sus monumentos naturales más famosos es la cascada Dynjandi. En realidad, es una serie de siete cascadas, con una altura total de 100 metros, lo que la convierte en una de las cascadas más altas del país. Se asemeja, de lejos, al velo de una novia.

Otra excursión recomendable son los acantilados de Látrabjarg, el punto más occidental de Europa, llenos de frailecillos y otras aves marinas. Ísafjörður es la capital y centro cultural de la región. Se trata de un agradable pueblo con casas de colores, agradables cafeterías y una importante historia marítima. Puede servir como base si quieres explorar la región.

Los Fiordos Occidentales también son conocidos por sus arroyos termales, algo bastante común en Islandia en realidad. Los más famosos son los que se encuentran en Reykjafjörður, donde puedes bañarte en agua caliente rica en minerales mientras disfrutas de los paisajes que hay alrededor.

Pero, sin duda, la joya de los Fiordos Occidentales es Hornstrandir. Es el destino definitivo para cualquier viajero en busca de aventuras, soledad y conexión profunda con la naturaleza. Aunque los Fiordos Occidentales son un lugar alucinante, visitar la región sabe a poco sin ir a la reserva natural.

El tiempo en la reserva natural de Hornstrandir

El clima es impredecible en Hornstrandir, como en todo el país. Cada estación es diferente, pero recuerda que la reserva está abierta para turistas prácticamente solo en verano.

Además, viajar a los Fiordos Occidentales en invierno puede ser muy complicado. La primavera y el otoño no suelen presentar demasiados problemas, pero algunas carreteras pueden estar cerradas dependiendo del clima. Mira siempre el estado de las carreteras en la web de la Administración islandesa de carreteras y costas.

Verano (junio a agosto)

El verano es la época para venir. La nieve se ha derretido, la naturaleza ha florecido y la actividad animal está en su mejor momento. La temperatura se mueve entre 5°C y 12°C, con casi 24 horas de luz natural al día hacia finales de junio. Aunque es la estación más estable, es habitual que haya lluvia repentina, niebla y viento. Los ferris suelen operar con regularidad y es la única estación en que la reserva está abierta al completo.

Otoño (septiembre)

El otoño es corto pero espectacular. Las praderas de la reserva se vuelven de color dorado y las primeras heladas suelen aparecer a finales de septiembre. La temperatura desciende, moviéndose entre 0°C y 5°C, con tormentas y lluvias fuertes a menudo. En octubre, los ferris cesan su actividad y el acceso es prácticamente inexistente. Es una estación hermosa pero no es recomendable para turistas.

Invierno (noviembre a marzo)

Es prácticamente imposible ir a Hornstrandir en invierno. Es la época más dura, con mucha nieve, tormentas y temperaturas muy bajas, entre -5°C y 0°C de media. Las noches son muy largas, con apenas horas de luz natural, sobre todo hacia finales de diciembre. No se puede acceder a la reserva, a la que solo van investigadores y científicos con permiso.

Primavera (abril y mayo)

La primavera es una estación de transición. La nieve empieza a derretirse, pero la reserva sigue siendo inaccesible hasta las últimas semanas de primavera. Los senderos están llenos de barro o aún enterrados bajo la nieve. La temperatura oscila entre -2°C y 5°C, con fuertes vientos y chubascos que ocurren con frecuencia hasta bien entrado mayo. Es bastante difícil predecir en qué momento van a volver a operar los ferris.

Mejor momento para ir Hornstrandir

Como ya hemos mencionado repetidamente, el verano (junio a agosto) es el único momento en que se puede visitar la reserva. Independientemente de la estación, el tiempo es impredecible en Hornstrandir, así que planifica con cuidado y prepárate para que haya cambios repentinos del clima.

Consejos de viaje

Visitar Hornstrandir no es una escapada típica de fin de semana. Es una experiencia remota y única en la que vas a depender de ti mismo la mayor parte del tiempo que estés allí. Aquí tienes una serie de consejos prácticos para hacer que tu viaje sea más fácil.

• Reserva con antelación. Los ferris y visitas guiadas se llenan rápido, sobre todo porque el verano es bastante corto. Reserva con tiempo para asegurarte un hueco.
• Haz la maleta de forma inteligente. Mete capas de ropa, ropa impermeable, botas sólidas y comida para cubrir toda tu estancia. Recuerda que no hay sitios donde comprar comida o suministros.
• Respeta la naturaleza. Sigue el principio de no dejar huella. Eso significa llevarte toda la basura que produzcas, no salir de los caminos marcados y dar su espacio a los animales.
• Sé consciente de tus limitaciones. Las rutas pueden ser duras y el clima es impredecible. Asegúrate de estar en buena forma física y prepárate para todo tiempo de situaciones, ya que es casi imposible predecir el clima.
• Contrata un guía. Si recorrer esta zona remota te parece demasiado complicado, ve con un guía. Se encargan de la parte más engorrosa para que puedas tener libertad para disfrutar de la visita.
• Desconecta. No hay wi-fi ni cobertura telefónica. Aprovecha la oportunidad para alejarte de la rutina diaria.
• Trae mapa y brújula. Los GPS pueden fallar y los teléfonos son inservibles, excepto para hacer fotos o si tienes mapas descargados. Es básico contar con artilugios tradicionales.

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Conclusión

La reserva natural de Hornstrandir no es solo un lugar. Es una experiencia. Un recordatorio de cómo era el mundo cuando permitíamos a la naturaleza desarrollarse sin interferencia humana. Este rincón de Islandia es un sueño hecho realidad para aventureros y amantes de la naturaleza. Aquí se encuentran algunos de los paisajes más vírgenes del mundo. Y, además, hay zorros árticos.

Está lejos, sí. Y sí, cuesta llegar. Pero eso es lo que la convierte en un sitio tan especial. Hornstrandir no es solo un destino, es una oportunidad de volver a conectar con el mundo natural y descubrir algo que no es habitual hoy en día. Haz las maletas y prepárate para una aventura única. No te arrepentirás.