20 cosas que ver en Reykjavik este 2025
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Reikiavik, la capital de Islandia, es un sitio donde lo tradicional y lo moderno conviven de forma sorprendente. Aquí encontrarás rastros de la herencia vikinga junto a edificios futuristas, paisajes que quitan el aliento y una escena cultural con muchísima energía. Aunque no es una ciudad enorme, tiene un montón de rincones especiales que te encantarán. Desde iglesias impresionantes hasta museos fuera de lo común, y de lugares históricos a espacios naturales, esta ciudad nórdica tiene mucho que ofrecer.
En este artículo verás 20 sitios que sí o sí deberías conocer en Reikiavik. Cada uno te permitirá vivir algo distinto: empaparte de la cultura islandesa, contemplar vistas increíbles o aprender más sobre su apasionante pasado. Prepara la cámara y las ganas de explorar, que la tierra de fuego y hielo te está esperando.
1. Iglesia de Hallgrímskirkja
Hallgrímskirkja es el gran símbolo de Reikiavik, y no solo por su tamaño (74,5m) y diseño, que se inspiró en las formaciones de basalto típicas de Islandia, sino también por su historia. Se construyó a mediados del siglo XX como homenaje al poeta y clérigo Hallgrímur Pétursson. El arquitecto Guðjón Samúelsson buscó reflejar la fuerza volcánica del país en esta iglesia, que prácticamente corona el panorama de la ciudad.
Subir a la torre cuesta alrededor de 1400 ISK (unos 8 €). El ascensor te deja en un mirador con vistas geniales de Reikiavik y sus alrededores. Además, si tienes suerte, puede que tu visita coincida con un concierto en su impresionante órgano de más de 5000 tubos. Es una experiencia musical única.
2. Harpa Concert Hall
Harpa es el gran centro cultural de Islandia. Inaugurado en 2011, es fácilmente reconocible por su fachada de cristal diseñada por Henning Larsen Architects en colaboración con el artista Olafur Eliasson. Según el momento del día, la luz se refleja de mil maneras en los cristales, creando efectos de colores alucinantes. Allí es donde son conciertos de la Orquesta Sinfónica de Islandia, además de óperas, obras de teatro y festivales locales.
Entrar en el edificio es gratis y te recomiendo recorrer las diferentes plantas para apreciar la arquitectura desde todos los ángulos. Es un buen sitio para sentarse a tomar un café sienta mientras ves el mar a través de sus ventanales. También puedes apuntarte a una visita guiada (alrededor de 5200 ISK o 35 €) para conocer más sobre su construcción y sus trucos de acústica.
3. Escultura Sun Voyager (Sólfar)
La escultura Sun Voyager (en islandés, Sólfar) es uno de los puntos más fotografiados del paseo marítimo de Reikiavik. Fue creada por Jón Gunnar Árnason como homenaje al sol y, según el artista, simboliza la libertad, la esperanza y la exploración. Está justo al lado del mar, en la bahía de Faxaflói, y el contraste entre el acero pulido, el agua y las montañas es espectacular, sobre todo al atardecer.
Visitarla no cuesta nada y está a un paso de otros lugares importantes de la ciudad. Un dato curioso es que se inauguró en el 200 aniversario de Reikiavik. Es parada obligatoria para hacer fotos inolvidables y, de paso, disfrutar del aire fresco mientras contemplas el monte Esja en el horizonte.
4. Museo Perlan y su mirador
Perlan (“la Perla” en islandés) combina un museo interactivo dedicado a la naturaleza de Islandia con un mirador 360° en su gran cúpula de cristal. Antiguamente, el edificio alojaba depósitos de agua geotérmica para calentar la ciudad. Hoy, en su interior hay exposiciones sobre glaciares, volcanes y fauna local, así que es perfecto para aprender y divertirse al mismo tiempo.
La entrada cuesta más o menos 5990 ISK (unos 41 €) si lo compras online e incluye el acceso al mirador, desde donde tendrás vistas panorámicas de Reikiavik. Si te entra hambre, hay un restaurante giratorio y una cafetería con postres típicos islandeses. Es una forma genial de empaparte de la esencia natural de Islandia sin moverte del centro.
5. Estanque Tjörnin
Tjörnin es un estanque tranquilo situado en pleno centro de Reikiavik, rodeado de edificios pintorescos y zonas verdes. Alrededor verás el Ayuntamiento y, prácticamente a cualquier hora, gente paseando, haciendo deporte o dando de comer a los patos y cisnes que viven allí.
Durante el invierno, el estanque puede llegar a congelarse y se convierte en una improvisada pista de patinaje. Cuenta la tradición que más de uno en Reikiavik se ha enamorado dando una vuelta alrededor de Tjörnin al atardecer. No te lo pierdas si quieres disfrutar de casas de colores reflejadas en el agua y respirar un ambiente muy relajado.
6. Calle Laugavegur
Laugavegur es la calle comercial por excelencia en Reikiavik. Encontrarás tiendas locales de ropa, librerías, galerías de arte y un montón de tiendas de souvenirs, además de restaurantes, cafeterías y bares donde probar desde cordero islandés hasta el famoso skyr (un lácteo parecido al yogur).
Lo mejor de todo es el ambiente creativo: las fachadas están llenas de murales y grafitis que hacen que caminar por allí sea un plan en sí mismo. Obviamente no hay que pagar nada para caminar por allí, pero puede que puede que te quieras comprar alguna cosita. Si te gusta el comercio local y el café rico, esta calle te va a encantar.
7. Museo Nacional de Islandia
Para entender Islandia desde sus raíces vikingas hasta hoy, pásate por el Museo Nacional de Islandia. Lleva funcionando desde 1863 y reúne un montón de objetos culturales, religiosos y artísticos que abarcan más de mil años de historia. La joya de la corona es la puerta tallada de Valþjófsstaður, una maravilla de la artesanía medieval.
La entrada son 3000 ISK (unos 20 €) si eres mayor de edad, y gratis para los menores. También ofrecen descuentos para estudiantes y mayores de 67. Una curiosidad: aquí se conservan algunos de los primeros manuscritos islandeses con sagas vikingas. Además, la cafetería y la tienda del museo son perfectas para llevarte un recuerdo o un libro sobre la historia del país.
Autor: Guðmundur D. Haraldsson.
8. Museo de Arte de Reykjavik
El Museo de Arte de Reikiavik se reparte en tres sitios distintos: Hafnarhús, Kjarvalsstaðir y Ásmundarsafn, cada uno con su estilo propio. Entre los tres, podrás ver obras de artistas islandeses contemporáneos y exposiciones de talentos internacionales.
El ticket combinado para las tres sedes ronda los 2430 ISK (unos 17 €) y vale para 24 horas, así puedes volver al día siguiente si no te ha dado tiempo a ver todo. En Hafnarhús, que está en la zona del puerto, a menudo hay muestras de arte urbano y performances modernas. Por otro lado, en Kjarvalsstaðir podrás conocer la obra de Jóhannes S. Kjarval, uno de los pintores más importantes de Islandia.
9. El Faro Grótta
En la península de Seltjarnarnes, en la esquina más al oeste de la ciudad, se encuentra el faro de Grótta, un lugar genial para ver puestas de sol y, si estás en invierno, también para cazar auroras boreales. Está sobre una islita unida a tierra por un pequeño banco de arena que se cubre cuando sube la marea, así que mira bien los horarios antes de ir.
El faro no suele estar abierto al público, pero sólo explorar los alrededores ya merece la pena. Además, es un sitio maravilloso para observar aves, ya que muchas especies se refugian en la costa rocosa de la península. Es un punto con buena energía, ideal para recargar las pilas mientras disfrutas del paisaje marino, y para desconectar por completo.
10. Casa Höfði
La Casa Höfði, de estilo art nouveau, pasó a la historia en 1986 al albergar la reunión entre Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov que dio pie a acabar con la Guerra Fría. Fue construida en 1909 y tiene una arquitectura muy especial, con un aire casi misterioso cuando la rodea la niebla.
No se puede entrar libremente, ya que hoy se reserva para actos diplomáticos y eventos oficiales. Aun así, vale la pena acercarse para verla de cerca y leer las placas conmemorativas. Mucha gente dice que la casa está encantada, ya que se oyen ruídos extraños por la noche.
11. El Museo del Punk Islandés
En un antiguo baño público subterráneo se encuentra el Museo del Punk Islandés. Nadie puede negar que es un lugar más que adecuado para mostrar la historia y la cultura punk de Islandia. Inaugurado, en parte, por Jello Biafra (vocalista de Dead Kennedys), este museo exhibe fotos, portadas de discos y objetos de la escena punk, con especial atención a grupos legendarios como Sugarcubes o a la mismísima Björk en sus inicios.
La entrada ronda los 1200 ISK (unos 10 €), y te adelanto que el ambiente es todo menos aburrido: paredes llenas de grafitis, música a todo volumen… Este museo es un homenaje a ese espíritu inconformista que situó a Islandia en el mapa musical.
12. Mercadillo de Kolaportið
Si buscas un plan diferente para el fin de semana, acércate al mercadillo de Kolaportið. Está cubierto, así que no te preocupes por el tiempo. Allí encontrarás puestos de ropa vintage, antigüedades, discos, artesanía local y también productos típicos islandeses como pescado seco, tiburón fermentado, y dulces tradicionales.
La entrada es gratis y, aunque regatear no es muy habitual en Islandia, siempre puedes preguntar precios. Es un sitio donde la gente local pasa el rato, así que te sumergirás de lleno en el día a día de Reikiavik. Además, muchos artistas y diseñadores emergentes muestran sus creaciones aquí, así que puedes encontrar cosas de mucha calidad.
13. Jardín Botánico de Reikiavik
En la zona de Laugardalur se ubica este jardín botánico que es un planazo para quien le guste la naturaleza. Se fundó en 1961 y alberga más de 5000 especies de plantas, sobre todo de regiones árticas y boreales, aunque también hay algunas de otros climas. Los senderos están muy cuidados y es un lugar perfecto para desconectar del bullicio urbano.
La entrada es gratuita y te sorprenderá la variedad de flora resistente que puede crecer tan al norte. Un detalle encantador es su pequeño café estacional, el Café Flóra, donde te sirven pasteles y sopas hechas con hierbas del propio jardín.
14. Þúfa
Þúfa es una colina artificial con una cabaña para secar pescado en la cima, creada por la artista Ólöf Nordal. Está junto al puerto viejo y busca conectar la tradición pesquera de Islandia con la Reikiavik moderna. El sendero en espiral que rodea la colina está pensado para que subas despacio, casi meditando mientras asciendes.
Llegar hasta la colina es gratis y, desde arriba, las vistas del puerto, de Harpa y de la bahía de Faxaflói son geniales. Un dato interesante: cuando hace viento, el aire que sopla en las cuerdas de secar pescado produce una especie de música, como si fuera un improvisado concierto natural.
15. Valle de Elliðaárdalur
Este valle urbano, atravesado por el río Elliðaár, es un auténtico oasis en medio de Reikiavik. El río es famoso por sus pequeños saltos de agua y la pesca de salmón. La zona está repleta de senderos para caminar, correr o hacer senderismo, y es perfecta para sentirte en plena naturaleza sin salir de la ciudad.
La entrada es libre y van muchas familias y gente a hacer deporte. Un dato curioso es que aquí se han identificado hasta 60 especies de aves, lo que lo hace perfecto para quienes disfrutan observando pájaros. Si necesitas despejarte y respirar aire fresco, no te pierdas Elliðaárdalur.
16. Cementerio de Hólavallagarður
Este cementerio, fundado en la década de 1830, es de los más antiguos de Reikiavik. Aunque no es un lugar típico de turismo, los locales lo aprecian por su atmósfera tranquila y por la historia que encierran sus tumbas, que abarcan personajes ilustres y familias anónimas.
Se entra gratis y pasear entre sus lápidas cubiertas de musgo es, de verdad, una experiencia especial. Hay bancos de madera para sentarse a contemplar la calma. Si te gustan los lugares con un aire místico e histórico, Hólavallagarður te encantará por su silencio y por su belleza austera.
Autor: Christian Bickel
17. Colina Öskjuhlíð
Öskjuhlíð es una de las colinas más bonitas de Reikiavik y un pulmón verde perfecto para desconectar del ruido urbano. Está justo al lado de Perlan, así que puedes aprovechar y visitar los dos lugares el mismo día. Sus senderos entre árboles te invitan a caminar, correr o simplemente a tomar un poco de aire fresco, algo que se agradece mucho si llevas un rato dando vueltas por la ciudad. Además, desde algunos puntos altos hay vistas geniales de Reikiavik y del océano, que te dejarán con la boca abierta.
La entrada es gratuita y, si te apetece explorar algo diferente, encontrarás restos de construcciones militares de la Segunda Guerra Mundial escondidas entre los árboles, lo cual le da un toque histórico muy interesante. Öskjuhlíð también es popular entre los locales que van a pasear a sus perros o a montar un picnic improvisado en los días de buen tiempo. En definitiva, es un rincón tranquilo que te permite reconectar con la naturaleza sin tener que salir de la ciudad.
18. Museo al Aire Libre Árbæjarsafn
Este museo al aire libre te transporta a la Islandia de antaño. Podrás ver casas de turba, granjas y talleres que han sido restaurados o traídos de diferentes rincones del país para recrear un antiguo pueblito islandés. Además, el personal suele vestir con trajes de época y explica cómo era la vida diaria hace siglos.
La entrada cuesta 2450 ISK (alrededor de 17 €) para adultos y es gratis para menores y personas con discapacidad. En verano organizan actividades como la elaboración de pan tradicional o demostraciones de oficios antiguos, lo que hace la visita aún más auténtica. Es un plan perfecto para familias y para cualquiera que quiera viajar en el tiempo.
19. Calle Naustin
Si buscas jaleo, Naustin Street es uno de los puntos más animados de Reikiavik. Sus bares y locales de música en directo son míticos, especialmente Gaukurinn, famoso por su ambiente inclusivo y por los conciertos de rock, metal, espectáculos de comedia y drag shows que organiza.
Normalmente no cobran entrada, aunque si hay un concierto especial, puede que cueste entre 1000 y 2000 ISK (de 6 a 13 €). Ten en cuenta que en Reikiavik la fiesta empieza tarde, así que no te sorprendas si se anima bien entrada la medianoche. Si quieres salir por donde salen los locales, Naustin Street es el lugar.
20. La Casa Nórdica
Diseñado por el arquitecto finlandés Alvar Aalto, The Nordic House es un espacio cultural que promueve la colaboración entre los países nórdicos. Dentro hay una biblioteca especializada en literatura nórdica, exposiciones de arte y un salón de actos. Se encuentra cerca de la Universidad de Islandia, rodeado de zonas verdes estupendas para dar un paseo.
La entrada a la biblioteca y las exposiciones permanentes suele ser gratis, aunque en algunas exposiciones temporales se pide un ticket. También tiene un restaurante, AALTO Bistro, donde puedes probar platos con ingredientes locales y un toque nórdico. Además, la biblioteca cuenta con libros y revistas en todos los idiomas nórdicos, un detalle genial si eres un amante de la cultura escandinava.
Autor: Christian Bickel
Conclusión
Aunque es pequeñita, Reikiavik está llena de historia, arte, naturaleza y un montón de vida cultural y nocturna. Sus calles te harán sentir ese pasado vikingo, pero también te mostrarán un presente lleno de propuestas artísticas, tecnológicas y ecológicas. En estos 20 lugares que te he contado descubrirás poco a poco la identidad de la capital islandesa.
Espero que esta guía te ayude a planificar tu visita y que disfrutes tanto como yo de estos rincones mágicos. No olvides llevar ropa de abrigo (incluso en verano), calzado cómodo y, sobre todo, ¡ganas de dejarte sorprender por la amabilidad de la gente y la increíble naturaleza de Islandia! Disfruta a tope de tu aventura en Reikiavik.
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