

Los Yule Lads: Los 13 traviesos personajes navideños de Islandia
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La Navidad en Islandia es distinta a lo que probablemente conoces. En lugar de un Papá Noel con renos, aquí hay 13 personajes llamados Yule Lads. Van apareciendo uno a uno en los días previos a Navidad, dejando regalos (o una patata, si te portas mal). Llevan formando parte de las fiestas islandesas desde hace muchísimo tiempo. A diferencia de Papá Noel, que es muy bonachón, a estos 13 les encanta armar jaleo. Sus historias son un claro reflejo de la cultura tan original y creativa de Islandia.
Si vienes de viaje a Islandia, te lo pasarás en grande conociendo a estos peculiares personajes navideños.
Información clave
- Los Yule Lads son los “Papás Noel” de Islandia, totalmente diferentes de los que vemos en el resto del mundo. Son únicos del folclore islandés.
- Antes daban miedo, para que los niños se comportaran, pero hoy en día son mucho más simpáticos y divertidos.
- Grýla, Leppalúði y el Gato de Yule añaden un rollo algo siniestro: Grýla sale a cazar niños traviesos, Leppalúði pasa bastante, y el Gato comprueba si llevas ropa nueva.
- Si viajas por Islandia, Reykjavík o Dimmuborgir son buenos sitios para descubrir a los Yule Lads y su familia.
Orígenes e Historia de los Yule Lads
Los Yule Lads vienen de cuentos islandeses muy antiguos, que se cuentan desde hace siglos (algunos dicen que ya existían en el siglo XIII). En aquellos tiempos, se describían como seres bastante terroríficos que se movían por el campo helado en invierno, entrando en casas y granjas. Resulta que son hijos de una ogresa llamada Grýla y su marido Leppalúði, que es un vago total. Al principio, estos Lads parecían más monstruos que otra cosa. Y en el siglo XVII, los padres los usaban para asustar a los niños y que se portaran bien, así que nada de regalos por aquel entonces.
Con el tiempo, la historia fue cambiando. Hacia el siglo XVIII, la gente empezó a escribir sobre ellos, y eso los hizo un poco menos aterradores. El gran cambio llegó en los años 30 del siglo XX, cuando Jóhannes úr Kötlum escribió un poema que les dio sus 13 nombres y los convirtió en repartidores de regalos. Así se mezclaron antiguas tradiciones islandesas con ideas más modernas de otras fiestas navideñas. Estos relatos muestran lo dura que era la vida en Islandia: inviernos helados, granjas pequeñas y una forma de reírse un poco de todo.
Curiosidad: antes no estaba claro cuántos Lads había. Algunas historias decían que eran más de 13, otras menos, hasta que se fijó en 13 para que coincidieran con los días antes de Navidad.

Foto de: https://www.flickr.com/photos/joeshlabotnik/
Conoce a los Yule Lads: ¿Quiénes son?
Desde el 12 de diciembre hasta el 24 de diciembre, cada noche llega un Yule Lad distinto. Los niños ponen un zapato en la ventana, esperando encontrar chuches o un regalito. Si se portan mal, se llevan una patata. Luego, a partir del 25 de diciembre, los Lads se marchan uno a uno en el mismo orden en el que llegaron. El primero, Sheep-Cote Clod, es el primero en irse, y el último, Candle-Stealer, se vuelve a la montaña el 6 de enero (la Epifanía). Con este ir y venir, suman 13 días de visitas. Aquí tienes a los 13 y lo que hacen:
1. El Torpe de los Rediles (Stekkjastaur)
- Llega: 12 de diciembre
- Se va: 25 de diciembre
Este es el Yule Lad más alto. Se cuela en los establos para molestar a las ovejas y quedarse con su leche. Camina un poco raro por sus piernas de palo, así que no se mueve muy rápido ni en silencio. Antiguamente, las ovejas eran cruciales para la leche y la lana, sobre todo en invierno. Quizá esta historia recordara a los niños que había que cuidar bien del ganado.
2. Roba-Leches (Giljagaur)
- Llega: 13 de diciembre
- Se va: 26 de diciembre
Roba-Leches merodea por los barrancos cerca de las granjas, esperando el momento perfecto para entrar y robar leche de la granja. Es bastante sigiloso y sólo actúa cuando la gente no mira. Como la leche era muy importante en invierno, a los niños se les insistía en vigilarla bien.
3. El Bajito (Stúfur)
- Llega: 14 de diciembre
- Se va: 27 de diciembre
El Bajito es el más enano de todos. Le encanta llevarse las sartenes de la cocina para comerse las costras que quedan tras cocinar. Ser tan bajito le permite colarse en rincones estrechos para encontrar sobras. En la Islandia de entonces, no se tiraba comida, y la historia de Stubby probablemente enseñaba a los niños a aprovecharlo todo.
4. Lamecucharas (Þvörusleikir)
- Llega: 15 de diciembre
- Se va: 28 de diciembre
Lamecucharas es flacucho y siempre tiene un hambre terrible. En cuanto ve una cuchara de madera usada, la deja reluciente. Es tan rápido que la coge antes de que la gente pueda lavarla. Un toque de atención para que los niños limpien rápido sus cosas.
5. Raspacazuelas (Pottaskefill)
- Llega: 16 de diciembre
- Se va: 29 de diciembre
Raspacazuelas se lleva las ollas para rascar hasta la última pizca de comida que quede dentro. Deja las ollas impecables. En los inviernos islandeses, la comida era un tesoro, así que este cuento recordaba a los niños que no había que desperdiciar nada.
6. Lamecuencos (Askasleikir)
- Llega: 17 de diciembre
- Se va: 30 de diciembre
Lamecuencos se esconde bajo las camas para relamer los cuencos de madera llamados “askur”. Estos cuencos eran los típicos platos de la época, y el Lad esperaba a que alguien los dejara olvidados. Igual servía para enseñar a los niños a recoger sus cosas después de comer.
7. Tirapuertas (Hurðaskellir)
- Llega: 18 de diciembre
- Se va: 31 de diciembre
Tirapuertas se dedica a pegar portazos por la noche para despertar a todo el mundo. Adora el ruido y le da igual a quién moleste. En los inviernos silenciosos de Islandia, esta historia podía servir para que los críos se comportaran con calma, sobre todo de noche.
8. El Tragón de Skyr (Skyrgámur)
- Llega: 19 de diciembre
- Se va: 1 de enero
El Tragón de Skyr va tras el skyr, un lácteo cremoso típico de Islandia. Siempre que puede, roba un poco de la cocina. El skyr era algo muy especial, hecho con leche y guardado para el invierno, así que seguramente animaba a protegerlo bien.
9. Robasalchichas (Bjúgnakrækir)
- Llega: 20 de diciembre
- Se va: 2 de enero
Robasalchichas se sube a las vigas para pillar las salchichas ahumadas que suelen colgar del techo. Estas salchichas eran importantísimas para pasar el invierno. Es muy bueno trepando, así que supongo que la idea era que los niños protegieran la comida que colgaba.
10. El Mirón de Ventanas (Gluggagægir)
- Llega: 21 de diciembre
- Se va: 3 de enero
El Mirón de Ventanas se asoma por las ventanas para fisgonear y llevarse lo que pille. Le encanta ver lo que hay dentro de las casas. En los inviernos oscuros de Islandia, la gente procuraba mantener la intimidad, así que este personaje quizás animaba a cerrar bien puertas y cortinas.
11. El Olisqueapuertas (Gáttaþefur)
- Llega: 22 de diciembre
- Se va: 4 de enero
El Olisqueapuertas tiene una napia enorme con la que huele el pan de hoja recién hecho y se lo lleva en cuanto lo detecta. El pan de hoja es un pan finísimo y decorado que se hace para Navidad. Podría ser el aviso de que no hay que descuidar los dulces navideños.
12. Gancho de Carne (Ketkrókur)
- Llega: 23 de diciembre
- Se va: 5 de enero
Gancho de Carne utiliza un gancho para quitarle el cordero ahumado a quien lo tenga colgado. El cordero ahumado es un clásico de la Navidad islandesa. Seguramente, hacía que los niños estuvieran alerta para no perder la carne familiar, aunque el rollo principal es que va con un gancho muy curioso.
13. Robavelas (Kertasníkir)
- Llega: 24 de diciembre
- Se va: 6 de enero
Robavelas sigue a los niños para mangarles las velas, que antes se hacían con sebo y se podían comer. Además, daban luz en las largas noches invernales. La moraleja sería que no había que malgastarlas, aunque la historia se centra en su afición a robar velas y en que es el último Lad en irse.

Foto de: https://www.flickr.com/photos/tsdesign/
La Familia de los Yule Lads: Conoce a Grýla, Leppalúði y el Gato de Yule
Estos 13 traviesos tienen a su propia familia, que añade un toque inquietante a la Navidad islandesa. Vamos a hablar de Grýla, Leppalúði y el Gato de Yule, tres figuras que hacen las historias todavía más curiosas.
Grýla
Grýla es la madre de los Yule Lads. Es una ogresa que vive en una cueva en la montaña (algunos dicen que en los campos de lava de Dimmuborgir). Por Navidad, baja a buscar niños que se han portado mal, los mete en un saco y se los lleva a casa para cocinarlos en un guiso. Da un poco de mal rollo, la verdad. Se la suele describir con cuernos, garras y un montón de colas, a veces decenas, que la convierten en un ser monstruoso venido de las montañas.
En el siglo XIII, Grýla se dedicaba a asustar a la gente todo el año, no sólo en Navidades. Podía llevarse a los niños o fastidiar las cosechas cuando quisiera. Con el tiempo, se centró más en la temporada navideña y en vigilar a los Lads. Para el siglo XVIII, era tan aterradora que las autoridades intentaron prohibir que se usara su historia para asustar a los niños, pero siguió formando parte de la tradición. Hoy, se la ve como un personaje tétrico para dar un poco de emoción a la fiesta. A veces aparece en desfiles, llevando su saco, recordando a todos sus antiguas y duras costumbres.
Curiosidad: algunos poemas viejos dicen que tiene 300 cabezas para ver a los niños traviesos desde todos los ángulos.
Leppalúði
Leppalúði es el marido de Grýla y el padre de los Yule Lads. Es muy vago y se pasa el día en la cueva mientras Grýla hace todo el trabajo. Su nombre significa algo así como “andrajoso”, y suele describirse como un gigante con pinta de trol, desaliñado y con poca energía para las travesuras. Algunas historias cuentan que le echa una mano a Grýla con los niños que caza, pero lo normal es que se limite a estar tumbado.
Al principio, Leppalúði pintaba poco en los relatos. Luego, cuando los Lads se hicieron más famosos, acabó siendo su padre, para darle un toque gracioso al asunto. No ha cambiado mucho: siempre ha sido el que se queda al margen mientras Grýla y los Lads hacen de las suyas. Es como esa persona que prefiere quedarse en casa calentito en lugar de salir a la nieve.
Curiosidad: hay quien dice que su pereza simboliza los largos y oscuros inviernos islandeses, cuando la gente se quedaba en casa la mayor parte del tiempo.
El Gato de Yule (Jólakötturinn)
El Gato de Yule, o Jólakötturinn, es la enorme mascota de esta familia. Anda suelto por toda Islandia en Nochebuena, buscando a quien no lleve ropa nueva. Si no estrenas algo, puede que te coma. Dicen que es un gato gigante, con ojos brillantes y garras afiladas, capaz de superar en altura a las casas. Esta historia motivaba a la gente a terminar las labores de invierno, como hacer o tejer ropa, antes de que llegara el frío.
El Gato de Yule se menciona en relatos desde el siglo XIX, pero seguramente surgió antes como leyenda oral. Para muchos islandeses de aquel entonces, estrenar ropa era señal de haber trabajado duro en otoño, así que no hacerlo te ponía en peligro de “ser devorado” por el gato. Hoy, es más un cuento divertido, a lo “ten cuidado y cómprate calcetines nuevos”. Lo verás en tarjetas navideñas o decoraciones, con un aspecto entre imponente y festivo.
Curiosidad: a diferencia de Grýla, al Gato no le preocupa si eres travieso. Le importa que no estrenes prendas nuevas.
Entre los tres—Grýla, Leppalúði y el Gato de Yule—consiguen que la Navidad islandesa tenga una mezcla de susto y diversión bastante única en el mundo.

Los Yule Lads Hoy: Cómo se Celebra Actualmente en Islandia
En la Islandia de hoy, los Yule Lads forman parte de la Navidad de una manera mucho más amigable. Antiguamente, se dedicaban a robar comida o dar portazos para recordar a los niños que debían portarse bien en los duros inviernos. Los padres solían advertir: “¡Cuidado o Sheep-Cote Clod vendrá a por tus ovejas!”, con la idea de que los peques ayudaran en casa. Pero según Islandia se fue modernizando, los Lads pasaron de ser unos gamberros a personajes más alegres. Hacia el siglo XX, empezaron a repartir regalos, inspirándose un poco en Papá Noel, pero manteniendo su esencia islandesa.
Hoy en día, se encargan de alegrar el ambiente antes de Navidad. Del 12 al 24 de diciembre, los niños ponen sus zapatos en la ventana cada noche, esperando a ver qué deja el Lad que toca. Si se portan bien, reciben caramelos o pequeños juguetes; si no, una patata (aunque ahora es casi más una broma que un castigo). Es habitual ver a los Lads por la calle en los eventos navideños, vestidos de rojo y blanco, haciéndose fotos o dando golosinas. Reykjavík se viste de fiesta, y en algunos pueblos se organizan “descensos” de los Lads desde las montañas, imitando sus antiguas travesuras pero de manera simpática. Ya no es cuestión de meter miedo, sino de compartir el espíritu de la Navidad islandesa con locales y turistas.

Dónde Conocer a los Yule Lads en Islandia
¿Te estás planteando un viaje invernal? Alquila un coche con nosotros y visita estos lugares para encontrarte con los Yule Lads:
- Reykjavík: Hay mercadillos de Navidad, como el de Ingólfstorg, donde puedes ver a los Yule Lads en plena acción. Ideal si vas con peques, porque el ambiente es muy festivo.
- Museo al Aire Libre de Árbær: A veces organizan actividades con los Yule Lads para mostrar cómo eran las tradiciones islandesas de antaño.
- Dimmuborgir: Conduce hasta este campo de lava cerca del lago Mývatn, donde supuestamente vive Grýla. Es un lugar fantástico para empaparte de las leyendas islandesas.
También puedes probar planes en familia, como hornear pan de hoja (no vaya a ser que Olisqueapuertas aparezca) o comprarte unos calcetines nuevos (para que el Gato de Yule no te dé un susto).

Conclusión
Los Yule Lads son una parte esencial de la Navidad islandesa, aportando alegría, un puntito de misterio y un montón de diversión. Si vienes a Islandia este invierno, anímate a alquilar un coche y lánzate a la aventura: conoce a los Lads, esquiva al Gato de Yule y vive unas fiestas como en ningún otro sitio. Con estos personajes tan únicos, el espíritu navideño de Islandia se mantiene vivo noche tras noche.