Guía completa sobre la cultura islandesa
Jump to chapter
Islandia es un país que se ha hecho famoso debido a su naturaleza, donde glaciares, volcanes y cascadas crean un paisaje variado y extraordinario. Pero hay mucho más que naturaleza en Islandia. Tras todas esas maravillas naturales hay una cultura que es igual de fascinante.
La identidad cultural de Islandia está conformada por una historia rica, bañada en folclore y mitología, y una activa escena artística. Eso sin mencionar su comida y tradiciones, que son también parte integral de lo que hace de este país un lugar único en el mundo.
Teniendo en cuenta su pequeño tamaño, Islandia tiene una increíble variedad de tradiciones, costumbres y elementos culturales que reflejan tanto su singularidad como su conexión con otras partes del mundo.
Información clave
- El idioma islandés y los nombres patronímicos que se usan en el país juegan un importante papel en la cultura del país.
- Teniendo en cuenta la relativa poca población del país, Islandia ha exportado varios artistas (músicos, actores, escritores) que son muy conocidos en todo el mundo.
- Aunque Islandia comparte mitología con otros países nórdicos, tiene sus propias variaciones particulares.
Arte en Islandia
El arte ocupa un lugar prominente dentro de la cultura de Islandia. El país ha producido artistas reputados en diversas disciplinas que han alcanzado una posición relevante a nivel internacional. Hay muchos espacios por todo el país dedicados a la conservación y disfrute de las artes.
Literatura
Islandia tiene una de las mayores tasas de libros publicados per cápita de todo el mundo.
La literatura ha jugado un papel crucial en el desarrollo de la cultura y la historia islandesas. Principalmente porque las obras más famosas en este campo datan del siglo XIII. Las sagas de los islandeses, también conocidas como sagas familiares, son historias de los colonos vikingos y sus descendientes, y son una de las contribuciones más importantes de Islandia a la literatura mundial. Estas obras, escritas en nórdico antiguo, narran las historias de exploración, disputas familiares y las duras condiciones de vida en la Islandia medieval. Incluso a día de hoy, las sagas siguen siendo uno de los pilares de la identidad nacional del país.
En época contemporánea, varios escritores islandeses han aportado su granito de arena a la literatura internacional. La figura más importante es, sin duda, Halldór Laxness, quien ganó el premio Nobel de literatura en 1955.
Hoy en día, varios escritores islandeses contemporáneos han alcanzado fama fuera del país, sobre todo en el género del noir nórdico (novela negra escandinava). El más conocido de todos es, seguramente, Arnaldur Indriðason.
Música
Los islandeses siempre se han caracterizado por su rica tradición musical, que comenzó con el canto de las rímur, la versión islandesa de las epopeyas. Esto ha continuado desarrollándose a lo largo de los siglos con música folk a menudo cantada a capella, empleando voces en lugar de instrumentos. La música folk islandesa sigue teniendo bastante arraigo, aunque el país ha ido evolucionando a géneros más contemporáneos también.
De hecho, Islandia ha generado varios artistas musicales que son muy conocidos por todo el mundo. La más famosa de todas es, seguramente, Björk. Esta cantante, compositora, productora, actriz y artista multidisciplinar ha vendido millones de discos en todo el planeta. En segundo lugar se encuentra Sigur Rós, una banda de rock que ha alcanzado reconocimiento a nivel mundial a pesar de cantar una lengua ficticia llamada “Hopelandic”.
En los últimos años, nuevos artistas como Of Monsters and Men son muy reconocidos en muchos lugares, con una mezcla de folk tradicional islandés y rock indie.
Arquitectura
Además de por sus monumentos naturales, uno de los rasgos más reconocibles a nivel visual de Islandia es su arquitectura. En el pasado, las casas islandesas solían cubrirse de hierba, que proporcionaba aislamiento natural frente al frío. Las casas de hierba, con su manto de césped cubriendo el tejado, son hoy en día un símbolo del pasado rural del país. No quedan demasiadas, pero se pueden visitar reconstrucciones en varios museos que hay por toda la isla.
Con el paso de los siglos, la arquitectura del país ha evolucionado. La arquitectura islandesa contemporánea ha adoptado un estilo minimalista y ecológico, empleando materiales naturales como la madera y la piedra, reflejo de la conexión del pueblo y su medio ambiente. El Harpa Concert Hall, una de las estructuras más reconocibles de Reikiavik, es el ejemplo perfecto de la mezcla entre funcionalidad y belleza natural.
Uno de los edificios más icónicos de Reikiavik y toda Islandia es la iglesia Hallgrímskirkja. Es el templo más grande y uno de los edificios más altos del país. Se construyó a mediados del siglo XX, inspirando su diseño en Svartifoss, una de las cascadas más importantes de Islandia, poniendo de nuevo de relevancia el profundo vínculo entre el pueblo islandés y los paisajes que habitan.
Cine
Los impresionantes paisajes que componen Islandia han atraído a cineastas de muchos lugares del mundo. Películas como La vida secreta de Walter Mitty, Batman Begins o Interestelar han usado Islandia como un estudio al aire libre, sobre todo para intentar reflejar lugares que parecen estar en otro planeta.
La industria del cine islandesa, aunque pequeña, también ha tenido su impacto en el cine mundial. La figura más importante es, seguramente, Baltasar Kormákur. Sus obras Everest y Contraband le han granjeado reconocimiento a nivel internacional.
El cine islandés suele tratar temas como el aislamiento, la supervivencia y la relación entre el ser humano y la naturaleza.
Tradiciones islandesas
Las tradiciones de Islandia suelen estar ligadas a la herencia vikinga y al fuerte sentimiento de comunidad que tiene el país. Uno de los aspectos más interesantes de la cultura islandesa es su énfasis en hacer las cosas todos juntos y compartir experiencias, lo cual se pone de especial manifiesto durante las fiestas nacionales.
Þorrablót
Una de las tradiciones más singulares de Islandia es el Þorrablót, un festival invernal que data de la era vikinga. Este festejo tiene lugar entre finales de enero y principios de febrero y celebra la comida tradicional islandesa. La gente se reúne para cenar y después dan discursos o recitan poesía.
Se suele comer una gran variedad de productos, muchos de los cuales pueden resultar extraños para los extranjeros. El menú suele incluir hákarl (tiburón fermentado), svið (cabeza de cordero hervida) y hrútspungar (testículos de cordero encurtidos).
Jólabókaflóð y tradiciones navideñas
Leer es un pasatiempo muy extendido en Islandia y se pone de especial manifiesto en la época cercana a la Navidad. El Jólabókaflóð (inundación de libros de Navidad) es una tradición anual en la que la gente intercambia libros en Nochebuena. La gente pasa la noche leyendo.
En Navidad, Islandia tiene sus propios personajes: los 13 Yule Lads, traviesos personajes que bajan de las montañas uno por uno los días previos a Navidad. Cada Yule Lad tiene su propia personalidad y dejan regalos en los zapatos de los niños. Si los niños han sido buenos, como no puede ser de otra manera. Esta costumbre le da un toque más divertido a la tradición de Papá Noel.
Idioma islandés
Tal vez uno de los aspectos diferenciadores de Islandia es su idioma, que suele parecer muy complicado para los extranjeros. El islandés es uno de los sucesores más puros del nórdico antiguo, la lengua que hablaban los vikingos que colonizaron la isla en el siglo IX. El islandés no ha evolucionado demasiado con el paso del tiempo. De hecho, los islandeses aún pueden leer las sagas medievales en su formato original sin demasiada dificultad. El idioma ha jugado un papel muy importante en la historia y la cultura del país.
El islandés puede parecer prácticamente imposible de aprender, ya que tiene una gramática compleja y unos sonidos particulares, pero a los nativos les suele gustar y agradecen mucho cuando alguien trata de hablar su idioma, aunque sean tan solo frases básicas. La mayoría de la gente habla bien inglés, sobre todo en áreas turísticas, por lo que no suele ser difícil comunicarse aunque no hables islandés.
Nombres islandeses
Otro aspecto singular de la cultura islandesa es el nombre de sus habitantes. El país es uno de los pocos del mundo que emplea un sistema patronímico y matronímico. Esto quiere decir que los apellidos se forman a partir del nombre del padre y, en ocasiones la madre, de una persona. A esto se le añade los sufijos -son (hijo) o -dóttir (hija). Por ejemplo, si un hombre que se llama Ólafur tiene un hijo al que llama Einar, el nombre completo de ese hijo sería Einars Ólafsson (Einar, hijo de Ólafur). Del mismo modo, si Ólafur tiene una hija que se llama Sigríður, su nombre y apellido serían Sigríður Ólafsdóttir.
Este sistema implica que los apellidos familiares no se pasan de generación en generación como ocurre en la mayoría de culturas. Normalmente, los islandeses se llaman unos a otros por el nombre, no por el apellido, incluso en contextos formales.
Comida y bebida
La cocina islandesa está influenciada por la historia y situación geográfica del país. Durante siglos, los islandeses han dependido de lo que la tierra y el mar han provisto, lo que ha dado lugar a una dieta rica en pescado, cordero y productos lácteos. El clima ha complicado el desarrollo de la agricultura, que depende de las estaciones, por lo que distintos métodos de conservación, como el ahumado, el encurtido o la fermentación han sido claves para la supervivencia.
Comida tradicional islandesa
Uno de los platos más representativos de Islandia es el hákarl, que consiste en tiburón fermentado. Tiene un olor muy fuerte y distintivo. Para preparar hákarl se entierra carne de tiburón de Groenlandia en grava y se deja fermentar durante varias semanas. Después, se cuelga para que se seque. Otras comidas tradicionales son el svið, o cabeza de cordero hervida, y el slátur, una especie de morcilla y salchicha de hígado.
Pero hay más allá de la comida en conserva. Las limpias aguas de Islandia hacen que el marisco aquí sea de los mejores del mundo. El plokkfiskur, un guiso de pescado tradicional con patata y cebolla, es un plato estupendo para los meses más fríos. Además, el cordero islandés es muy tierno y tiene mucho sabor gracias a la dieta natural de las ovejas en las tierras islandesas.
Cocina islandesa contemporánea
En la época más reciente, Islandia ha sufrido una revolución gastronómica, con multitud de cocineros empleando ingredientes locales frescos para crear platos más contemporáneos, tratando de unir tradición e innovación. Hay un gran número de buenos restaurantes en Reikiavik que ofrecen desde platos tradicionales con un toque moderno a cocina de fusión de todo el mundo. Uno de los puntos fuertes de la escena culinaria del país es el uso de ingredientes locales sostenibles, con muchos restaurantes que emplean marisco y cordero islandés, utilizando hierbas y especias locales en sus recetas.
En cuanto a la bebida, el brennivín está considerado como la bebida alcohólica nacional. Tradicionalmente se ha utilizado para acompañar festejos como el Þorrablót, pero también se consume en chupitos, para acompañar una cerveza o como ingrediente básico de cócteles. El nombre se puede traducir como “vino ardiente”.
En los últimos años ha habido un gran auge de la cerveza artesanal y hay muchas empresas locales que producen estupendas cervezas.
Folclore y mitología
El folclore islandés es también una parte fundamental de la identidad cultural del país, con historias de huldufólk (gente escondida), elfos y troles jugando un papel muy importante en el imaginario popular. Hay cientos de historias que se vinculan a lugares concretos donde se supone que viven estos seres.
Según la tradición, los huldufólk viven en rocas y colinas y son invisibles para los humanos a no ser que deseen ser vistos. Se cree que son físicamente parecidos a los seres humanos, pero viven en un mundo paralelo y se dice que alterar su hábitat trae mala suerte.
La mitología islandesa está fuertemente conectada a la herencia vikinga, con historias de dioses nórdicos, gigantes y otras criaturas mitológicas que forman parte de la identidad nacional. Hay muchos lugares que están conectados con la mitología. Por ejemplo, se dice que el cañón Ásbyrgi, en el norte de Islandia, se formó cuando Sleipnir, el caballo de ocho patas de Odín, golpeó la tierra con su casco.
Pueblo islandés
Se suele describir a los islandeses como gente amistosa, relajada y de mente abierta. El país no tiene mucha población (alrededor de 370.000 habitantes) lo que ha creado un fuerte sentimiento de comunidad. Aquí parece que todos se conocen y los nativos suelen ser amables y simpáticos con los turistas. Al mismo tiempo los islandeses son famosos por su independencia e individualismo.
Modales y convenciones sociales
Los modales islandeses son una mezcla de formalidad e informalidad. Los habitantes de la isla valoran mucho el espacio personal y la privacidad, por lo que los gestos informales como abrazos o apretones de manos no son tan habituales como en otras culturas. Por otro lado, se llaman unos a otros por el nombre y no por el apellido, algo que ocurre también en contextos profesionales.
En cuanto a los baños termales, existe una etiqueta que se sigue a rajatabla. Es obligatorio ducharse desnudo antes de entrar a una piscina, algo que puede resultar chocante para algunos visitantes. Este énfasis en la limpieza es una parte esencial de la cultura de los balnearios de Islandia, lo que es un reflejo de la importancia que tiene en Islandia la higiene y el respeto en lugares públicos.
En cuanto a la propina en los restaurantes, no es algo ni mucho menos obligatoria como puede ser en Estados Unidos, pero lógicamente se agradece.
Deporte
El deporte es una parte fundamental de la cultura islandesa, con el fútbol y el balonmano como los deportes de equipo más practicados. No obstante, el culturismo y la cultura de la fuerza tienen un profundo arraigo en Islandia y el país ha producido varios campeones mundiales en esta disciplina.
Culturismo y hombre más fuerte del mundo
La tradición de forzudos data de la época vikinga, donde se celebraban y admiraban las demostraciones de destreza física. Las sagas de los islandeses están llenas de cuentos de fuerza sobrehumana y los islandeses contemporáneos han continuado con esta tradición, con unos registros impresionantes en eventos de fuerza física a nivel mundial.
Quizás el más famoso de todos los forzudos islandeses sea Hafþór Júlíus Björnsson, más conocido por encarnar a “La Montaña” en la serie de televisión Juego de Tronos. Hafþór es una importante figura en este campo y ha ganado varias veces el campeonato de hombre más fuerte del mundo. Sus logros son parte de una larga tradición, en la que hay otras leyendas como Jón Páll Sigmarsson, que ganó el título de hombre más fuerte del mundo en cuatro ocasiones en los años ochenta.
Pero la cultura de la fuerza no es tan solo levantar peso en una competición. Históricamente, era común tener que emplear la fuerza para la supervivencia en las granjas en el duro medio ambiente del país. Uno de los retos más conocidos es la piedra de Húsafell, una roca de 186 kilogramos que se empleaba para medir la fuerza.
Fútbol y balonmano
Los deportes de equipo también gozan de mucha popularidad en Islandia, siendo el fútbol y el balonmano los dos más practicados.
La selección de fútbol de Islandia ganó fama mundial en 2016 cuando alcanzó los cuartos de final de la Eurocopa, derrotando por el camino a selecciones más potentes como Inglaterra. El país ha producido grandes jugadores como Eiður Guðjohnsen o Gylfi Sigurðsson.
Aunque el fútbol es muy popular, el deporte de equipo por excelencia en Islandia es el balonmano. La selección nacional ha alcanzado el éxito a nivel internacional en varias ocasiones. En 2008, el equipo masculino ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, lo que produjo un auge de la popularidad del deporte en el país. Grandes jugadores han salido de Islandia. Ólafur Stefánsson está considerado como uno de los mejores jugadores de la historia de este deporte.
Además, los islandeses disfrutan mucho de actividades al aire libre. El variado terreno del país es propicio para la práctica de senderismo, trail running, esquí e hípica. El caballo islandés es parte central del patrimonio de la isla y tanto nativos como turistas suelen disfrutar de montar sobre estas amables criaturas.
Glíma
Otro deporte muy popular en Islandia es la glíma, una forma tradicional de lucha que ha existido durante siglos. La glíma era parte importante de la cultura vikinga y se sigue practicando a día de hoy. Se basa más en agilidad y equilibrio que en pura fuerza bruta.
El impacto del clima en la cultura
El clima es uno de los rasgos más significativos de Islandia. Es bastante impredecible y cambia constantemente. Por ello, los islandeses suelen bromear diciendo: “Si no te gusta el tiempo, espera cinco minutos”.
Este clima tan cambiante tiene su impacto en la cultura, con influencia en varios aspectos, desde cómo viste la gente hasta cómo interactúan.
Los inviernos pueden ser largos y oscuros, con apenas unas pocas horas de luz al día hacia finales de diciembre. Sin embargo, los islandeses se han adaptado a la oscuridad y hacen muchas actividades en el interior. Las cafeterías, bibliotecas y centros cívicos se convierten en lugares llenos de vida en los meses de invierno. La gente acude a ellos para leer, tomar café y socializar.
Por el contrario, los meses de verano ofrecen casi 24 horas de luz al día, lo que permite realizar actividades al aire libre hasta altas horas. Hay muchos festivales, conciertos y eventos culturales en verano.
Conclusión
Cuando oímos hablar de Islandia o la idea de visitar este país, lo primero que se suele venir a la cabeza es la amplia gama de monumentos naturales que hay. Pero eso no es todo. Islandia tiene una cultura que es, a la vez, moderna y conectada con el pasado.
Con su profunda herencia vikinga y su activa escena artística contemporánea, Islandia es una tierra que vive tanto de la tradición como de la innovación. Sus gentes son cálidas y amables y han construido un fuerte sentimiento de comunidad y, a la par, son autosuficientes e independientes.
Mucha gente viene a Islandia atraída por su belleza natural, pero suelen sorprenderse por la rica y profunda cultura de este país nórdico.